Cerca de 650 taxistas se manifestaron en Bruselas contra la nueva regulación del taxi propuesta por el ministro belga de Movilidad, Pascal Smet, que plantea las mismas reglas y condiciones para todos los servicios de «transporte remunerado de pasajeros», incluida la plataforma de chóferes Uber.
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En la actualidad, en Bélgica los taxis y «los vehículos con conductor remunerado» compiten sobre la base de dos regímenes diferentes, mientras que el nuevo plan que sugiere el Gobierno pretende que cualquier servicio de pasajeros sea considerado como de taxi, aunque con reglas más flexibles que las actuales.
Si hasta ahora la licencia de taxi debía renovarse cada año y se vendía de un conductor a otro debido al limitado número de permisos, el nuevo plan apuesta por la administración como la única encargada de otorgar tales concesiones, «lo cual legitimaría la presencia de Uber», según los taxistas.
Si bien las carreteras no fueron completamente bloqueadas porque la ley impide hacerlo, los taxis provocaron grandes retenciones en toda la ciudad.
Pasado el mediodía, los taxistas marcharon desde la Estación del Norte hasta la rotonda Schuman, frente a las instituciones europeas, lugar donde se produjeron enfrentamientos entre la policía y algunos taxistas independientes que no querían abandonar la plaza, a pesar de que Fedet ya se había ido.
Muchos taxistas europeos vinieron a apoyar a sus colegas, como Fernando Casanova, de Elite Taxi España quien reconoció, que el problema fundamental es que «Uber le facilita la vida al usuario» por su simplicidad y accesibilidad, por lo que era necesario crear «un formato universal» con el que poder atender a «todos los usuarios».
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EFE