Que Win quiera monopolizar el fútbol colombiano me tiene sin cuidado. Me parece un abuso que la gente tenga que pagar de más por algo que ya tenía y que no todos los medios que viven de cubrirlo tengan los mismos beneficios, pero a mí, como consumidor de fútbol, me es indiferente. Hace décadas no veo fútbol nacional porque es malo. El fútbol no es la tierra donde naciste ni el escudo de tu equipo, son veintidós personas dentro de una cancha y tal milagro ocurre en todas las latitudes del mundo, así que me da igual el país que me lo proporcione.
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Ya que haya comprado los derechos de la Bundesliga sí me afecta directamente porque es una de mis ligas preferidas. Y aunque Win tenga los derechos no pienso pagar porque en caso de hacerlo me tocaría verlo narrado por colombianos, lo que constituye un significativo descenso en la calidad final del producto. No importa qué tan buena sea la señal del canal, un Bayern-Dortmund narrado por colombianos se convierte automáticamente en un Patriotas-Jaguares.
Y no me siento del todo bien diciendo esto porque en Win hay colegas y amigos, gente que estimo y que en algún momento estudió o trabajó conmigo, mi crítica no va hacia ellos sino hacia los dueños del canal. Más bien los entiendo, yo también trabajé en lugares propiedad de personas que no me agradaban solo porque me gustaba mi empleo o porque necesitaba la plata. Y lo de que un Bayern-Dortmund se convierta en Patriotas-Jaguares espero que no lo tomen personal, es que el periodismo deportivo colombiano (labor que ejercí durante muchos años y aun lo hago esporádicamente) es tan mediocre que le bajamos el nivel a todo. Nada que ver con un argentino, por ejemplo, que sale desde la cuna con cultura futbolística.
A los colombianos no nos gusta el fútbol, por eso no tenemos ni idea del tema. Nos interesa apenas la selección Colombia, el equipo de nuestra región (y ni eso, hay personas nacidas en Bogotá o en la costa que terminan siendo hinchas de América y Nacional por triunfalistas) y ver el mundial y algunos partidos de Champions, de ahí que quedarse con una liga tan universal como la alemana es un golpe duro. Antes de comprar los derechos exclusivos, hubo periodistas de ese mismo canal que dijeron que el torneo era aburridísimo y que era más entretenido el colombiano, en una fuerte demostración de ignorancia o de soberbia, vaya uno a saber cuál de las dos sería. Me suena más a lo segundo la verdad. Pasa con frecuencia en el periodismo en general que por el afán de figurar somos capaces de decir cualquier barbaridad aun sabiendo que no es cierta, yo también he caído en ese juego.
Es una escuela muy popular esa de decir lo primero que se viene a la cabeza con tal de sonar, pasó hace unos años cuando alguien dijo que Edwin Cardona era mejor futbolista que James Rodríguez, en un tono de superioridad como si fuera capaz de ver algo que el resto del mundo del fútbol había pasado por alto, como diciendo “Ahí te lo dejo, báilame ese trompo en la uña”. Cada vez que oigo algo así, que lo oigo con frecuencia en este país, pienso que quien lo dice lo hace porque no tiene mucho más que ofrecer y que solo a partir de la polémica puede hacerse un nombre. Y cree también que tener posiciones polémicas porque sí es admirable y válido, y que el ruido sin argumentos vende más que el contenido de calidad.
En fin, que me tiene triste que la liga alemana, que antes venía en el paquete de canales deportivos que ya pagábamos, ahora cueste extra. No tiene sentido, están secuestrando el fútbol. La liga colombiana sí pueden quedárselo que regalado es cara, con todo respeto. También tienen la liga turca, que es exótica y entretenida, pero tampoco voy a meterle plata de más a eso. Esta temporada entonces veré un poco menos de fútbol que la pasada y, en un alarde de superioridad moral, me gustaría decir que ese tiempo se lo voy a dedicar a actividades más edificantes, pero estaría mintiendo, lo más seguro es que me ponga a ver series de Netflix. Cuando haya un partido que de verdad quiera ver, de golpe me meteré a internet y buscaré una página pirata que lo esté pasando.