En 1972, That Certain Summer (ABC) fue de las primeras películas para televisión en Estados Unidos que mostró de manera positiva una relación homosexual; el primer beso gay de la televisión argentina se dio en 1992 entre Gerardo Romano y Rodolfo Ranni en Zona de Riesgo; en 1988, en Colombia, Amparo Grisales y Margarita Rosa de Francisco protagonizaron el primer beso lésbico en televisión nacional en Los Pecados de Inés de Hinojosa. En pleno 2020 y a unos días de la celebración del Día del Orgullo (28 de junio), la ficción sigue siendo clave para el avance de los derechos de la comunidad LGBTQIA+ en tiempos en los que las libertades individuales, en especial de las minorías, pierden terreno.
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Rafa decide iniciar su lucha por hacer respetar su identidad sexual en Sao Paulo, lejos de las recriminaciones de su padre y al lado de Vini y Maia. Ellos son los protagonistas de la serie brasileña Todxs Nosotrxs (HBO), una de las apuestas más recientes por mostrar la lucha de la comunidad LGBTQIA+ en una sociedad tan desafiante como es la brasileña. Brasil tiene el vergonzoso primer lugar en la lista de países con más asesinatos a transexuales y travestis en el mundo. La serie, que le apuesta al lenguaje inclusivo, es un llamado a la resistencia de las minorías, a no dejar a un lado las luchas personales en un mundo que requiere pensar en colectivo cuando las dinámicas mundiales dibujan un escenario de retroceso en lo que tiene que ver con el respeto a los derechos mínimos de decisión sobre la orientación sexual y la identidad de género. Todxs Nosotrxs entretiene y gusta, pese a que la producción parece de serie web, con asuntos importantes que son tratados con ligereza, con actuaciones secundarias flojas y con una estructura argumental que pudo haber sido más cuidada.
La vida de Anne Lister queda magistralmente representada en la serie Gentleman Jack (coproducida por BBC y HBO). Ser lesbiana en la mitad del siglo XIX requería valentía y el pensamiento de una mujer que perteneciera a otros tiempos, que no se dejara controlar por la ignorancia del discurso dominante. La historia de amor entre Lister y Ann Walker es retratada con sobriedad en la primera temporada de la serie, y resulta ser inspiración para quienes levantan diariamente la voz por el reconocimiento absoluto de los derechos de la comunidad LGBTQIA+. Aquellos que, por las dificultades, la homofobia, la transfobia o la mezquindad de los líderes políticos piensen en desistir de su lucha, solo tienen que recordar que Anne no hace parte solo de la ficción, sino que trae la voz de una mujer que dejó escrita su historia y su huella para que sirviera de ejemplo siglos después. La estética de Gentleman Jack es un deleite para los amantes de la buena fotografía y permite apreciar lo sublime del amor cuando se lucha contra las convenciones sociales.
Otro de los imperdibles con temática LGBTQIA+ de HBO es Euphoria, una serie que merece más que aplausos convencionales por ser una producción audiovisual necesaria para entender la compleja mente de los más jóvenes. Quienes se han encargado de juzgarlos no tienen en cuenta que su lado más oscuro es una reacción de rechazo apenas natural al mundo repugnante que les heredamos. En Euphoria, la depresión, el uso de drogas, el reconocimiento de la identidad sexual y los conflictos familiares son herramientas útiles para que como sociedad tengamos una interpretación alejada de los prejuicios y más cercana a la comprensión del otro. Aquello que señalamos como errores en los demás son solo evidencias del sufrimiento humano, cuya salida no se da al remarcar la diferencia y la superioridad moral, sino en el momento en que con compasión ayudamos y rescatamos lo importante, en este caso el amor de sus protagonistas (una chica trans y otra afroamericana).