Las más recientes medidas tomadas en cabeza del presidente Iván Duque, las cuales llevan sin lugar a duda como premisa mayor la protección de la vida, la integridad y salud de toda la población, en especial los mayores adultos, quienes en el pasado lo dieron todo, y en segundo lugar por la salud de nuestros niños, trae sin lugar a dudas odios y amores para el sector productivo, industrial y para quienes tenemos que vivir el día a día. La vida como elemento esencial antes de regresar a la vida productiva, crea escenarios y derroteros acertados para lograr establecer paradigmas de bienestar y desarrollo en la que sin duda es la más grave crisis económica que tiene la historia republicana de Colombia.
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Siempre en tiempos de crisis existirá aprobación y rechazo a las medidas de los gobiernos, quienes en últimas amilanarán descontentos y exacerbarán a quienes tengan mas dificultades. Hasta ahora el presidente ha sido cauteloso y conservador, sagaz pero no temerario, ingenioso pero no temeroso, y en eso hay que abonar los grandes retos que constituyen para su gobierno, buscar proteger la integridad y vida de todos los colombianos, buscar proteger el empleo, la industria y las cadenas productivas a las cuales sin lugar a duda han tenido mayor cuidado y prevención, pero: ¿hasta cuándo tiene que ir el confinamiento? ¿Qué medidas progresivas hacen falta? ¿Para dónde va el trabajo y la educación?.
Sin lugar a dudas los meses o años venideros no serán nada fáciles para la vida económica nacional, reactivar ciertos sectores como el entretenimiento y gastronómico llevaran no sólo unas medidas inventivas sino a largo mostrará escenarios propios para nuevas oportunidades y líneas de negocio; el sector del turismo tendrá que apelar a nuevos desarrollos para promover la inquietante necesidad de conocer Colombia, la promoción de lo nuestro y saber qué y cuánto vale lo que tenemos en el sector de la industria del turismo, que a futuro tendrá que ser una cifra importante de dos dígitos en el PIB, desde los lugares mas paradisiacos en la Guajira, pasando por el desierto de la Tatacoa, hasta la misma Amazonía.
Las perspectivas en dicho sector son altas en el mercado interno, dada la imperiosa necesidad que tiene la salud pública de tomar decisiones de Estado en mantener las fronteras cerradas hasta principios de 2021, situación que no es solo una narrativa sino una necesidad calamitosa para conservar la salud y vida de los ciudadanos; la necesidad de mantener el confinamiento de manera gradual por los meses de junio y julio e ir liberando sectores y población, no son un juego ni un asunto minúsculo, dadas las responsabilidades jurídicas del Estado legislador en este mismo momento, y la posibilidad de ser garante y responsable de daños especiales, por confianza legítima o por fallas en algunos servicios, tales como la salud, y es justo ahí donde el gobierno nacional tiene que jugársela y blindarse.
Creemos en usted presidente Duque, y sabemos que sus decisiones llevan motivaciones científicas serias, sindéresis y altos valores de responsabilidad con la población en general, con el sector industrial, productivo y la base laboral que más ha sufrido de manera injusta esta tragedia; es por ello menesteroso pensar en las reformas que llevan al ahorro del gasto público y a la necesidad de seguir llegando con apoyos a las poblaciones mas vulnerables, garantizar sin riesgo alguno la administración de justicia como servicio público a partir de agosto, como el servicio de educación para nuestros niños y jóvenes deberá ser un imperativo, siempre y cuando ello no constituya mayores riesgos a los ya existentes.
Corolario: Dentro de los escenarios de planeación estratégica es necesaria la flexibilización laboral para la promoción del empleo, con sentido social. Buscar la habilitación del comercio 24 horas, eliminar el impuesto al consumo de manera definitiva para el sector gastronómico y entretenimiento, reducir el iva al 10% y extenderlo a la masa de productos que hoy no están gravados ayudaría, así como pensar en adelantar dos horas el uso horario, y por qué no, replantear el calendario electoral venidero, ¡es que las elecciones son muy costosas!