Alerta en el Baudó

“Hoy, nuevamente, pues desde el día 10 del presente mes se vienen presentando, hay combates de los reductos de los paramilitares y la guerrilla del ELN en el territorio de los grupos étnicos, quedando la población civil en el medio del fuego cruzado y en confinamiento, sin que esto sea noticia para el país y el mundo”: Andrés Camilo Hernández

La situación actual se agudizó concretamente entre los meses de diciembre de 2019 y marzo de 2020, a partir de una serie de asesinatos violentos de más de 17 personas al interior de las comunidades, generando terror. Actuaciones que de la misma manera ya cobraron varias vidas de personas que nada tienen que ver con el conflicto, hechos que ya generaron una cantidad de desplazamiento interveredales de comunidades negras y un alto confinamiento bajo presión armada, al que se ha sometido a las comunidades de Pascuita, Cugucho, Puerto Ángel, Chachajo, Pureza, Puerto Palacios, Santa Rita, Yucal, Bella Cecilia, Chigorodó, Puerto Valencia, Nauca Negro, Puerto Martínez, y el desplazamiento de las seis comunidades indígena del río Nauca que son: Condoto, Puerto Luis, La Divisa, Puerto Morro, Puerto Alegre y Playa Bonita.

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A todo esto se suman a los continuos desplazamientos que se han venido realizando de comunidades como el Río Apartadó, Río Amporá, Río Amparrado y Río Dubaza, que en el momento se encuentran desplazadas en la cabecera municipal de Pie de Pató, y que con la amenaza mundial del COVID-19 o coronavirus genera una gran preocupación para las autoridades étnicas y administrativas del municipio en caso de que este flagelo nos llegue a tocar, ya que no existe en el municipio ningún tipo de garantía en materia de salubridad para atender casos tan alarmantes como éste.

Aunado a las intimidaciones, amenazas, desplazamientos, desapariciones y el confinamiento, y sumado a esto al aumento de cultivos de uso ilícito, ¿cómo se puede vivir en paz y sin miedo ante este panorama? Desde sus diversos espacios las comunidades piden que el pueblo colombiano se ponga en los zapatos de los habitantes del Baudó y se solidaricen con la búsqueda de ambientes de paz, convivencia y bienestar de estas comunidades.

Para los baudoseños, la peor pandemia que está viviendo el Municipio del Alto Baudó se llama la VIOLENCIA, impulsada por la disputa del control ilegal del territorio ejercido por parte de grupos armados ilegales, en el propósito de movilizar la droga aprovechando la posición estratégica de la región y su condición de vulnerabilidad ante la ilicitud. A los baudoseños bien les cae el adagio de nuestros ancestros que dice: “De la pelea entre cerdos, la damnificada es la hierba”.

La mayoría de los datos reseñados aquí han sido verificados en el 2017 en los informes de alertas tempranas de la Defensoría del Pueblo del Chocó, y denunciados también en diagnóstico presentado por Parques Nacionales, que registró el estado de vulnerabilidad que presentaba la población de la cuenca hidrográfica del río Baudó en sus tres municipios, reportando estadísticas poblacionales de la siguiente manera: Alto Baudó con 28.502 habitantes, Medio Baudó con 9.358 y Bajo Baudó con 17.919 personas, todas en altísimo riesgo de vulnerabilidad. A pesar de estos informes de instituciones del Estado, no habido ninguna acción gubernamental que preste atención a la delicadeza de la situación humanitaria en la cuenca del Baudó.

Hoy, nuevamente, pues desde el día 10 del presente mes se vienen presentando, hay combates de los reductos de los paramilitares y la guerrilla del ELN en el territorio de los grupos étnicos, quedando la población civil en el medio del fuego cruzado y en confinamiento, sin que esto sea noticia para el país y el mundo.

Hechos lamentables que hace rato han venido siendo denunciados por las personerías Municipales de Alto y Medio Baudó, además por testimonios recurrentes de los habitantes de la región en distintos escenarios y eventos institucionales, quienes además, llenos de pánicos y sin revelar sus nombres, lo han reportado a las organizaciones ACABA, el FICSH, y a las Diócesis de Istmina y Quibdó, poniendo en conocimiento las barbaries cometidas en la zona, y la complicidad de la fuerza públicas del Estado con los reductos de los paramilitares, quienes en alianza enfrentan a la guerrilla del ELN, actuaciones que fueron denunciadas también en el Baudoseando realizado en el 2016, año en el que el mismo obispo de Quibdó fue retenido por la Guerrilla de ELN por haber realizado una serie de denuncias de la crisis humanitaria en la región.

Hoy las imágenes muestran la real y cruda situación de lo que está pasando en el Baudó, la amenaza no es el “coronavirus” son las balas criminales de grupos armados ilegales y mafiosos delincuentes con la connivencia de organismos de seguridad del estado, y todo está ocurriendo sin que organismos de índole Nacional o Internacional se manifiesten o actúen al respecto de la salvaguarda de la vida y la paz de la gente del Baudó.

No abandonemos a nuestras regiones, necesitan de nosotros en estos momentos, así como nos cuidamos de no contagiarnos del coronavirus, ellos se cuidan de que una bala les quite la vida.

Twitter. @AndresCamiloHR

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