Opinión

Por mí, que ningún hombre hable sobre el aborto

“Mi opinión sobre la defensa del aborto que hace Darío Sztajnszrajber*”: Mar Candela

El interminable debate sobre el origen de la vida y el aborto.

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Seré franca. Nunca me sabrá bien ver a hombres discutir sobre el aborto. Nunca discutiré ese asunto con un hombre, porque ellos nunca estarán embarazados. Jamás tendrán que decidir si abortar o no. Aclarado mi punto, debo decir: ¡qué bueno que existan filósofos actuales como Darío Sztajnszrajbe! ¡Me siento aliviada con su elocuente discurso!

Discurso donde deja claro que el aborto es un asunto político y de DD. HH. No un asunto de metafísica, religión o moralidad, en el sentido estricto de autoridad moral. A mi juicio, su opinión no tiene ninguna valía. En eso soy absolutamente radical en mi fuero interno. No quiere decir que no respete a aquella mujer que decida consultar su decisión sobre parir o no con el hombre involucrado. No obstante, ya que estoy en un planeta donde será imposible lograr que los hombres dejen de opinar sobre el derecho a decidir de las mujeres, donde decenas de hombres con poder condenan la decisión del aborto y legislan para prohibir el derecho a decidir, donde aún existen países en los que las mujeres van presas por abortos espontáneos, es poderosísimo que un hombre levante su voz a favor del derecho a decidir de las mujeres con la elocuencia y sabiduría que la mayoría de políticos legislando en contra no tienen ni tendrán jamás. Hubiera sido realmente fantástico y hasta perfecto si el discurso sobre el aborto que pronunció el filósofo Sztajnszrajber lo hubiera pronunciado una mujer. En este planeta, donde los hombres siguen decidiendo sobre nosotras, soy feliz de que exista Sztajnszrajber. Hay muchas mujeres enemigas del derecho a decidir. No obstante, muy pocas con el poder político para legislar. En ese sentido, no me angustian las mujeres en los congresos en contra del derecho a decidir, aunque me apenan y me acongojan profundamente porque me hacen cuestionarme sobre la calidad política y profesional de las mujeres a las que les estamos dando poder.

Explico mi radical posición sobre la voz de los hombres en el tema del aborto:

Para mí, la cosa es simple: si estoy absolutamente segura de que no quiero hacerme madre, no tengo por qué consultar. El diálogo lo veo viable si la duda únicamente depende de si el involucrado quiere hacerse cargo o no. Y ya sé que algunos hombres piensan que muchas mujeres deciden parir aun cuando ellos dicen que no quieren ser padres. Ese es todo un debate que se tiene que dar en espacios académicos y políticos. Mi opinión al respecto es que no hay paternidad si no hay nacimiento. Diferente a la maternidad. Nosotras sí somos madres desde que aceptamos que un embarazo se desarrolle y decidimos que llegue a feliz término. Estoy convencida de que si un hombre definitivamente no quiere reproducirse, debe hacerse la vasectomía. Igual, nosotras deberíamos operarnos si radicalmente no queremos reproducirnos. El punto es que pocas veces una persona tiene un pensamiento radical al respecto. Quieren reproducirse. El tema es que quizá no querían hacerlo con esa persona o no era el tiempo. Ante eso, solo resta cuidarse al máximo para evitar el embarazo. No obstante, debido a la responsabilidad mayor por temas biológicos, sociales y psicológicos, entre otros, y la responsabilidad mayor a nivel vital en los primeros años, recae sobre la mujer. Por tal razón, a mi juicio es absolutamente justo que la mujer decida sola parir o no parir.  Y es ahí cuando los machos más recalcitrantes saltan a decirme:

“Mar, entonces si deciden parir cuando uno no quiere ser papá, que no pidan que uno responda”.

Y es cuando les respondo: “Simplemente no tiren con mujeres a las que no contemplan como madres de un hijo suyo”. Y si radicalmente no quieren ser padres con ninguna mujer, opérense. Compórtense como adultos. No se pueden lavar las manos de la responsabilidad paterna con el pretexto de que la mujer ha decidido parir cuando el hombre no quería ser padre.

   En muchos aspectos, las mujeres hemos tenido que vivir las decisiones de los hombres de la sociedad y familia aun cuando no queramos. Por una sola decisión que tomemos solas, sin que los hombres tengan injerencia, los hombres no morirán. Obviamente, siempre recomiendo la píldora de emergencia y todos los métodos de anticoncepción posibles. El punto es que por las razones que sea, si una mujer debe decidir si parir o no parir, esa decisión debe tomarla ella sola, por simple lógica y humanidad. No es justo que quienes nunca sabrán lo que es un cólico menstrual, menos un embarazo y parto, decidan si debemos o no parir.

La próxima semana estaré hablando de mis propuestas para disminuir el embarazo en adolescentes  y, por ende, la desgracia de ver a menores asumiendo la decisión de un aborto.

Aquí pueden conocer el discurso completo del que hago referencia en mi nota de hoy:

*Filósofo argentino, ensayista, profesor y presentador de televisión.

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