Ahí tendrá que responder Millonarios. Cuatro partidos en casa que se requieren para clasificarse entre los ocho mejores, dan 12 puntos y teniendo en cuenta los números mágicos de clasificación, los 32 puntos parecen ser una necesidad imperiosa. De visitante por fin pudo. De hecho, y es bien llamativo, Millonarios ha sacado puntos de las canchas en las que más le cuesta jugar a domicilio: Barranquilla y Envigado. Pero mientras se piensa que hay que mejorar cuando se sale de Bogotá, primero arreglar lo que ocurre de puertas para adentro.
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¿Qué adversarios enfrentarán los muchachos de Miguel Russo en El Campín? Parecen sencillos en teoría –y sabemos que a punta de teoría solamente cualquiera se puede confiar y equivocar–: Huila, que hace rato, desde que ‘el Pecoso’ se fue de esos lares, no agarra una campaña buena y como visitante los de Jorge Vivaldo no son una lumbrera. Tuluá, que anda desarmadísimo, chapaleando para encontrar un empate y sumando menos puntos de los que podría merecer por su juego. Tigres, que sorprende hoy por hoy: no porque sea el dream team, pero su campaña lo ha llevado a pensar en que si se esfuerza hasta pelea clasificación. Justamente la diferencia entre Millonarios y Tigres –un histórico vs. recién ascendido– es de simplemente tres puntos. El último de los rivales en Bogotá será Patriotas, sumamente irregular y que este fin de semana sacó un resultado poco conveniente frente a Equidad.
Así, sobre la mesa, la cosa no parece tan difícil. Pero si nos sacamos la lupa de la solapa y revisamos lo que le ocurre a Millonarios es bueno imaginar que varios son los factores que Russo tendrá que mirar para darle algo de estabilidad a un equipo que no tiene estabilizador de voltaje: es capaz de pasar de altísimos picos a bajones energéticos preocupantes. Estos son, a saber:
- Pedro Franco: ¿qué se hizo el defensa seguro, que iba hacia arriba sin miedo, que salía con la pelota dominada y que hasta a veces se daba el lujo de hacer uno que otro golazo? ¿Dónde está el seguro marcador del Millonarios campeón de 2012? Hoy, y duele decirlo, Franco es el punto más bajo de la defensa. Es como si parte de su magia que lo llevó hasta a ser parte de la selección Colombia se hubiera escapado entre los avatares turcos y su fallida experiencia argentina.
- Nos pisamos la banda: por derecha pasa algo extraño. Jair Palacios juega bien, ataca con criterio, pero ya ha pasado que con Mosquera y Núñez parece que se quitaran espacios, cosa que no ocurre por izquierda, donde Machado es rey y alterna posiciones de ataque con el que esté por su sector. De hecho Núñez –el mejor de Millonarios en Envigado– ha tenido que hacerse más hacia el centro y allí el argentino no es peligroso.
- Duque: no hay otro volante que pueda igualar lo que está haciendo John y eso parece increíble: Harrison Henao, Juan Guillermo Domínguez y compañía no se igualan al joven mediocampista. A pesar del triunfo en Envigado se nota muchísimo su ausencia.
Son cuatro partidos en casa. De Millonarios depende su futuro. De nadie