Opinión

¿Qué quieres ser cuando seas grande?

Siempre que le preguntamos a un niño sobre lo que quiere ser cuando grande, escuchamos cosas como: astronauta, bailarina, pintor. Cuando hablamos con los adultos sobre aquellos deseos, siempre nos dan alguna razón por la cual ese sueño jamás se convirtió en una realidad. El más común tiene que ver con la negativa de papá y mamá a apoyarlos, aunque hay miles de respuestas, como la de: “Es que la necesidad me llevó a trabajar en una oficina”, o aparecen justificaciones aún más importantes: “Estaba estudiando, pero nació el bebé y tuve que dejar a un lado lo que quería ser”.

Entiendo perfectamente todo esto, porque a muchos nos ha pasado; en algún momento hubo alguien, o algo, que frustró nuestro sueño, algún deseo de infancia terminó en la basura por alguna razón. Lo cierto es que nunca es tarde, que no podemos permitir que la vida se acabe sin hacer lo que realmente amamos. Ya sé que hacemos parte de un sistema en el que debemos todo lo que tenemos; la casa, el carro, las tarjetas de crédito, la universidad, los viajes que hacemos, etcétera. También sé que eso nos ata, nos llena de miedo, comenzamos a conformarnos con el trabajo que tenemos, porque solo en esa zona de confort vamos a conseguir los recursos que necesitamos y el tiempo pasa y pasa sin darnos cuenta. Es como vivir en una cárcel y no poder escapar.

Hoy una gran amiga me recordó toda esta historia cuando me dijo que no era feliz, pero no podía dejar la oficina sin que alguien la llamara para irse a otra compañía. Lo peor de todo es que es muy probable que nadie la llame, porque solo ella puede vencer el miedo y cambiar. Nos quejamos de la suerte que nos tocó como si no fuéramos responsables de lo que vivimos. ¿Quiero irme? ¡Ahí está la puerta! ¿Quiero renunciar? Hay miles de oportunidades ahí afuera.

Muchos leerán esto y me dirán que es muy fácil escribir estas líneas, pero muy difícil ponerlo en práctica y no es así. Somos lo que queremos ser, llegamos hasta donde queremos llegar. Nada va a suceder si no actuamos, ningún sueño se hace realidad por arte de magia, no tenemos que endeudarnos y atarnos a esos “deberes” para demostrar que tenemos y podemos. Los invito a detenerse por un instante y pensar en lo que realmente les llena el alma. Si se sienten plenos, olviden este mensaje; si no es así, ¿qué esperan para vivir la vida que realmente desean?

¡Feliz fin de semana!

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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