Opinión

Déjà Vu

Guillermo Rodríguez M. / Abogado

Finalizando el periodo del Gobierno durante la más cruenta era de violencia que ha vivido Colombia motivada por el narcoterrorismo de Pablo Escobar, en el que un solo hombre motivado por controlar el Estado, con sed de poder y con un ejército de sicarios a su disposición, enrostró al pueblo colombiano la debilidad de las instituciones, sus organismos de inteligencia, su incapacidad de respuesta ante el terror y, sobre todo, la debilidad en el carácter de quien nos gobernaba para entonces, fue justo en esta crisis institucional de los noventa y terminando el mandato para el que fue elegido César Gaviria, en la que Colombia supo la alianza macabra entre Estado y todas las manifestaciones delictivas con un objetivo común.

Desde luego que para entonces era indescriptible la zozobra que vivía la nación por cuenta del terrorismo auspiciado por Pablo Escobar, eran días en los que pululaba la cocaína colombiana en los mercados internacionales y nuevos “patrones coqueros” hacían su agosto, todos los sectores de la economía, el país político y la sociedad en general tenían un enemigo en su espalda, el terrorismo de Escobar y su ejército de “gatilleros” y “suizos”, con esta última palabra denominaban a jóvenes capaces de todo con el objeto de dejarle una casa a su familia a cambio de quitar seres queridos a muchas familias colombianas, como ejemplo estaría el avión de Avianca.

Como la popularidad de aquel Gobierno era paupérrima, debía hacer lo que fuera con el firme propósito de neutralizar ese gran enemigo que tenía Colombia, el narcoterrorismo de Escobar; para entonces a algún “científico de la política” se le ocurrió la idea de buscar hacer alianzas con todos los enemigos comunes de Escobar, así fue como nacieron ‘los Pepes’ (Perseguidos por Pablo Escobar), al cual fueron invitados como si se tratara de un club social, personajes que han dejado serias heridas por ser promotores de la violencia como lo fue Diego Murillo, alias Don Berna, este fue el cerebro y ejecutor de toda la persecución para neutralizar a Pablo Escobar.

Así lo manifestó en un libro que el mismo Don Berna escribió, este mismo año más tarde encabezó un potente grupo paramilitar que tenía amplia influencia en Antioquia, allí lidero una guerra sin cuartel con uno de los grupos paramilitares “preferidos” por la casa Castaño; como era obvio Don Berna, para entonces, ganó la batalla, se desmovilizó en el acuerdo de paz con el paramilitarismo en el Gobierno de Álvaro Uribe, muchos sectores vociferaron porque venía impunidad para ‘Don Berna’, Mancuso, ‘Macaco’ y cuanto ‘para’ existiera. Hoy Don Berna está pagando cárcel en una prisión federal en Estados Unidos por cuenta de la extradición que el Gobierno Uribe otorgó a este personaje.

Hoy se nos indica que viene la paz con las Farc, esas mismas que venden coca al cartel de Sinaloa; esas mismas que mataron 16 soldados en Buenos Aires, Cauca, en medio de una tregua; esa misma organización que es tenida como el mayor cartel de narcotráfico en el mundo; nos dicen que vienen 31 Caguanes, en solo Tolima van a estar en Planadas y Villarrica, ese mismo suroriente tolimense que es azotado por esa organización desde hace 53 años, nos dicen que viene la paz y que para ello es necesaria la integración del Estado de derecho con las Farc para combatir los residuos del paramilitarismo, las bandas criminales, la corrupción y los enemigos de la paz, ¡qué pavor!, ¿cuántos ‘Don Bernas’ nos esperan? Vaya coincidencia que esas mismas voces que enrostraron a Uribe por impunidad a las Auc hoy están calladas.

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.

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