Opinión

La austeridad en la alta costura

Por: Nelson Rueda Argumedo / Bloguero de Moda, tendencia y estilo de vida / Instagram @nargumedo – FB: www.fb.com/IamMrpizazz

Algo está pasando con la alta costura que la gente está ignorando. ¿Qué pasó con la pomposidad, la exuberancia de las telas y los suntuosos bordados que reflejaban los sueños y poesías de muchos diseñadores del mundo? La fantasía de la alta costura se está perdiendo y es solo melancolía lo que queda después de ver la semana de alta moda de París. El choque de la modernidad esta dejándonos sin un espectáculo que ver, la economía y el comportamiento social están ejerciendo una presión en la industria, reduciéndonos a remanentes de la experiencia de la alta costura del viejo mundo.

La alta costura es la gama más alta en la moda; donde se muestran los productos de la más alta calidad en materia prima, producción, diseño y de gran savoir-faire (el saber hacer). Siendo una de las segmentaciones de las marcas de lujo, la alta costura es como un club privado donde su adquisición está en manos de unos pocos privilegiados. CNBC publicó un artículo sobre el golpe que ha recibido la industria del lujo, siendo 2015 el peor año en ventas desde la recesión en Estados Unidos de 2008. Y ciertamente se ha sentido el golpe de la economía en las pasarelas de alta costura, donde la disminución en materiales y producciones es evidente. Por ejemplo la casa de diseño de Chanel, aunque no sufrió una reducción en su número de piezas, se mostró austera con sus diseños y rara vez mostró algún vestido que llegara por debajo de los tobillos. A diferencia de Ralph & Russo, que disminuyó su colección casi a la mitad en comparación con el año pasado.

La alta costura está tomando un curso hacia lo pret-a-porter. No en el sentido de que la calidad de sus piezas disminuya o que el vestido ahora puede ser usado en las calles, sino que las piezas se están haciendo más terrenales. A lo que me refiero –como buen aficionado de niño a hojear las paginas de Vogue y Harper’s– es que el cuento de hadas se ha desvanecido. Si sentimos esa nostalgia no es porque hayamos perdido un recuerdo de ello, es porque lo poco que nos queda del pasado se está borrando, donde el volumen, la grandiosidad y riqueza de hermosos vestidos estaban en manos de pocos. Las prendas de alta gama se están enfocando en vestir a la nueva élite que la componen celebridades y nuevos ricos, haciendo que la alta costura se direccione hacia algo más comercial y menos artístico.

Por suerte todavía tenemos exponentes como Galliano en la casa de Margiela, quien todavía conecta al mundo de hoy a lo que solía ser la alta costura. Aquella que era más escénica y despampanante. La evolución de la alta costura está ajustándose a las necesidades y lentamente está dejando atrás los elementos fantásticos del diseño de más alta gama.

*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.

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