La música que suena por fuera del estadio

Por Carolina Venegas K., @colorentropy

Esta semana vimos muchas columnas sobre Paul McCartney y  la expectativa que crea su visita. El fin de semana veremos algunas más sobre lo que fue el concierto. Algunos, como es costumbre colombiana, criticarán por criticar, mientras otros confirmarán lo que estaban esperando de este momento “histórico” (estas comillas son antipáticas, lo sé, pero es que encierran una exageración).

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Esta es una columna de recomendados, y sí, les recomiendo ir al concierto de McCartney si pueden, si consiguieron boleta, bien haya sido porque tenían con qué pagar los precios ridículos de la boletería o porque decidieron endeudarse. Pero no es el concierto de McCartney el que vengo a recomendar, sino otras cosas que están pasando a nivel musical en Bogotá y que tal vez pasen desapercibidas por no estar rodeadas de polémicas que tienen que ver con estadios, periodistas lagartos, precios desorbitantes y, sin duda, con uno de los más grandes músicos que existen en este momento en el mundo.

En este primer semestre hemos visto en Bogotá artistas como Morrissey, Foster the People, Friendly Fires, Thievery Corporation, el Insituto Mexicano del Sonido, VHS or Beta, Nacho Vegas, We Are Scientists, Carla Morrison… y seguro muchos más que se me quedan por fuera. Ni hablar de los últimos años: Belle and Sebastian, Air, Massive Attack, LCD Soundsystem, Hot Chip, Cut Copy, The Whitest Boy Alive y Kings of Convenience, Miike Snow, Midnight Juggernauts, Red Hot Chilli Peppers, Austin TV. Y lo que se viene: Madonna (en Medellín), Chromeo, Justice y otros, hay que estar atentos.

También, hace dos semanas, fue Estéreo Picnic. Las bandas que trajeron son perfectamente adecuadas a lo que está pasando musicalmente en el mundo —TV on the Radio, MGMT, Yuksek (que no conocía pero que ha tocado en varios festivales y resultó increíble), Tinie Tempah, Cassius— y acorde con lo que pasa en Latinoamérica —Systema Solar, Amigos Invisibles, Caifanes (¡grandes Caifanes!), Toy Selectah, entre otros.

Nada que envidiarle a festivales internacionales: el sonido fue bueno, la organización decente, la comida rica y los puestos de venta de accesorios, ropa y otras pendejaditas parecían bien curados para el contexto. Cosas de los mal llamados hipsters bogotanos, dirán algunos, y sí, son estos personajes los que parecen estar moviendo la cultura que quiere salirse de convencionalismos y de las tradicionales esferas de poder.

Claro, no todo fue bueno y hay que decirlo: robos de carteras y celulares por todas partes, manillas falsificadas, venta ilegal de aguardiente dentro de las carpas del concierto, pérdidas para los empresarios, bandas que por desorganización del festival se vieron obligadas a tocar solo veinte minutos. Son las cosas que pasan acá en este país que está lejos de comportarse como escandinavo. Pero eso no debería desanimar a nadie, el público colombiano es agradecido y baila y canta cualquier cosa, haciendo sentir a quien esté parado en la tarima como la estrella más grande que haya visto la luz del rock… como un beatle, por qué no.

La realidad es que los precios de algunos de estos conciertos por fuera del estadio también son altísimos y nos obligan a escoger entre uno y otro: mientras en otras ciudades del mundo cada concierto cuesta alrededor de US$50 (incluso menos), acá están por los $200.000 (ojo, no todos, el Festival Centro es una opción muy barata y a la vez con una curaduría muy precisa, también los que hacen en bares como Armando Records).

Por alguna razón tengo en la cabeza que si vamos a más conciertos no solo seremos más felices sino que, tarde o temprano, a medida que crezca la oferta, los precios bajarán. Debe ser pura ingenuidad de mi parte. Pero también tengo en la cabeza que hay que dejar de alegar que a Colombia no viene nadie a tocar, que acá no valoramos la buena música y que este país nunca será un centro cultural importante. Prefiero ser ingenua y apoyar la nueva oferta cultural a seguir repitiendo las mismas frases de cajón que se repiten los demás.

Pero no solo importados: Además de aprovechar las bandas que vienen de afuera, hay que empezar a ser conscientes de que acá se está produciendo música de talla internacional; incluso algunas de las bandas que nombro abajo fueron invitadas a SXSW, un festival musical muy importante que se lleva a cabo cada año en Austin, Texas. Acá van: Julián Mayorga, Monsieur Periné, Esteman, Planes, Neoplatonics, Andrés Correa, Andrés Gualdrón y los Animales Blancos, Amarillo, Benjamín, Soundacity, V for Volume, Frente cumbiero, La 33, Mr. Bleat, Telebit, Panorama, Il Abanico, como por nombrar algunos. No las pierda de vista.

Si no sabe de qué estoy hablando: Busque en internet algunas de las bandas que mencioné arriba y mire a ver si le gustan. Si no sabe dónde, acá hay 5 sitios en internet dónde puede escuchar música sin descargar: http://www.publimetro.co/opinion/cinco-sitios-para-escuchar-musica-desde-internet-mientras-se-puede/lmkldl!2ttcOk7x9LnQ/. También vaya a páginas como la de la Revista Metrónomo (www.revistametronomo.com), Cortesía de la Casa (www.cortesiadelacasa.com), Modernois (www.modernois.com) y El Parlante Amarillo (www.elparlanteamarillo.com), donde encontrará más información de bandas nuevas nacionales e internacionales y eventos musicales en Colombia.

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