¿Rodrigo Lara, qué lo motivó a dejar de lado su trabajo como legislador para buscar ser presidente de Colombia?
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Porque quiero hacer más por el país. Del Congreso me voy con una satisfacción de haber logrado nueve reformas sociales muy profundas, leyes de mi autoría. Como yo soy el candidato, me toca hablar de mí mismo, aunque soy muy tímido, pero son pocos los congresistas que pueden mostrar un récord de leyes y de reformas tan profundas como las que yo escribí de mi puño y letra.
Saqué adelante la ley de donación de órganos; saqué adelante las dos leyes que reforman y protegen a los deudores de créditos del Icetex, soy el único que se ha preocupado realmente por ese tema; saqué adelante la ley que prohíbe el porte y consumo de drogas, incluso la dosis mínima; saqué la ley que castiga a los malos hijos que pretenden quitarles las casas o el único bien que tengan sus padres ya mayores; ampliamos la libertad testamentaria; creamos la oficina de apoyo técnico presupuestal del Congreso; sacamos una ley para las mujeres pobres, solas, que cometan un pequeño delito sin violencia y que tengan hijos, para que no purguen una pena en la cárcel sino que puedan pagar su condena haciendo trabajo social. Estamos trabajando en una ley que protege a los periodistas contra el acoso judicial y vamos a presentar una última ley para combatir el crimen, que es la ley que va a controlar el tráfico ilegal de armas, el porte ilegal de armas y le va a hacer seguimiento de los tenedores, porque hoy a los colombianos los están matando y los están violentando con armas de fuego mucho más que antes. Es decir, mantendré el monopolio de las armas en el Estado con autorizaciones excepcionales, solo que vamos a hacerle un seguimiento a las balas, a la huella balística y a las armas.
¿Qué hará si la sentencia de la Corte le tumba su aspiración a la Presidencia?
Por ahora es una especulación. El fallo no ha salido y a mí sí me sorprendería que el único que no pueda volver al Nuevo Liberalismo sea yo. Esperemos el fallo, todo el resto son especulaciones y yo ya soy candidato presidencial. Lo que viene es palo y mucha gente con ganas de atajarme.
Creo que arrancamos esta campaña con muchísima fuerza y mucha expectativa.
Hoy muchos candidatos están recorriendo el país por primera vez, y el país yo vengo recorriéndolo en los últimos años y en particular los últimos seis meses. Conozco muy bien a Colombia, me he hecho elegir en el Senado y eso me ha permitido conocer en detalle los problemas de los colombianos y sus necesidades.
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Hago esta aspiración con la preocupación inmensa que siento con los efectos devastadores de esta crisis, lo hago por los centenares de miles de compatriotas que quedaron desempleados, que pasan una hoja de vida y nadie se las recibe porque tienen más de 40 años, porque son mujeres y pueden quedar embarazadas, porque no vienen de un pequeño círculo de universidades; lo hago por los microempresarios, tenderos que se quebraron en esta crisis, que hoy siguen pagando como si nada y que no recibieron las ayudas del PAEF como sí la recibieron los grandes empresarios. Lo hago por los 894.000 deudores de créditos con el Icetex, que son mi gran preocupación.
Creo que arrancamos esta campaña con muchísima fuerza y mucha expectativa.
¿Qué mensaje le envía a los militantes del Nuevo Liberalismo que se vieron conquistados por las propuestas de su padre y de Galán?
Es un reto gigante que tenemos por delante. El partido es el resultado de un esfuerzo muy grande. Sus progenitores fueron asesinados trabajando por un mejor país, fue un acto de amor por Colombia, ellos ofrendaron su vida. Ellos sabían muy en el fondo lo que les sucedería y siguieron adelante. Obviamente la expectativa es muy alta. Yo considero que aquí el reto es construir un partido en muy poco tiempo y apostar por los valores que representaba ese partido. Es que el Nuevo Liberalismo era el resurgimiento, el renacimiento de los ideales liberales, y esa es la bandera que debemos hondear.
¿Cómo ponerle fin a la polarización en el país?
Para enfrentar el populismo hay que desarrollar una política de la fraternidad. La fraternidad es solidaridad y donde hay solidaridad, hay liberalismo socialdemócrata. Esa es mi ideología. La política de la división es una forma artificial de indisponer a los colombianos, de manipular a la opinión pública con sentimientos negativos para dividirlos y obtener un rédito electoral. Es un método que tú encuentras tanto en el extremo de la derecha como en el extremo de la izquierda. El extremo de la derecha usa el miedo. Es decir, asustar a los colombianos de lo que le pueden hacer otros. Y el otro extremo de izquierda usa la frustración y el resentimiento para hacer que un sector odie al otro. Yo solo puedo decir que no hay nada más antipatriótico que dividir a la patria.
¿Hará alianzas?
Hay algo que yo no entiendo de la política colombiana y es que aquí la preocupación primero es ver con quién hacer alianzas. Yo estoy preocupado por defender mis ideas, explicarlas y lucharlas. Y si hay identidad de estas ideas con otros sectores se puede pensar en una consulta a finales de noviembre.
Para mí lo importante ahorita es defender mis convicciones y explicarlas. El tema de las consultas es un tema que se definirá más adelante. Yo no sé aquí por qué todo empieza definiéndose con las consultas, es una cosa curiosa. Creo que por todo ese lío y todo ese boroló de la Coalición de la Esperanza, que si entra uno, que si se hace el otro. No, aquí cada quien hace su campaña y en noviembre nos ponemos de acuerdo.
¿Cuáles serán los candidatos de la segunda vuelta?
Seremos Gustavo Petro y yo.