La petición de un grupo de campesino que decidió asociarse en 2002 para no caer en la pobreza. Campesinos asociados de Suesca piden al Gobierno no importar leche.
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La presidenta de la asociación, Catherine Melo, comentó que ante la precarización de su labor que se venía presentando decidieron dar un paso adelante y reunirse para superar la situación.
Antes, a los productores de leche de la zona les compraban los litros de leche hasta un poco menos de 500 pesos. Quienes les compraban eran los «cruderos» o «jarreros», que compran leche de manera informal y la revenden a empresa de lácteos.
Según la presidente, estos personajes se han aprovechado constantemente de los campesinos, pagando cantidades injustas por el líquido y empobreciéndolos.
Muchos, ante de la existencia de la asociación, se vieron obligados a vender su leche producida por precios demasiado bajos, pues era eso, dejarla para el autoconsumo o que se desperdiciara.
La pobreza es un factor común en esta zona, la mayoría de las familias de campesinos solo cuentan con Sisbén, los adultos mayores no tienen pensión y no todos los jóvenes acceden a educación superior.
La presidenta de la Asociación que nació para superar esta situación, narró para El Tiempo la historia de su creación y las exigencias que tienen como campesinos.
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Cuando nació la asociación, con 20 campesinos, no fue fácil, comenta. Se reunieron y tres mujeres y dos hombre conformaron la junta directiva de la que se llamó Asolhatogs.
Uno de los asociados prestó su terreno para crear el centro de acopio. En una pequeña camioneta hacían el recorrido por las fincas y llevaban allí las cantinas llenas de leche.
Para Catherine, un aliado clave en el trabajo ha sido Alquería, pues ayudaron a las familias con cantinas para recolectar la leche a diario y también han entregado implementos de bioseguridad en medio de la pandemia.
A través de los años se han asociado muchas más personas, hasta que Asolhatogs actualmente posee 100 miembros, de los cuales 54 son mujeres.
Actualmente se recogen 3.200 litros de leche y cada litro lo venden por algo más de 1.000 pesos cada uno. Ahorraron durante una década para en 2011 comprarse un camión cisterna. El conductor y su ayudante recorren las veredas de Hato Grande y Peña Negra, en Suesca y Pueblo Viejo, en el municipio de Chocontá.
Refrigeran la leche en el centro de acopio y luego, llega el camión de su aliado comercial.
Campesinos asociados de Suesca piden al Gobierno no importar leche
Los campesinos de la asociación le exigen al Gobierno medidas que puedan garantizar su comercio sin precarizarlo.
Gloria Yepes, quien también hace parte de la asociación y es zootecnista, logró crear su propio negocio de vacas para comercializar la leche.
Ella hace parte de las únicas 9 personas de las 100 de la asociación que poseen una máquina de ordeño. El resto tienen que realizar la actividad de forma manual. Esto es un reto, ya que la mayoría de campesinos son adultos mayores.
Catherine comenta que este no es un elemento fácil de adquirir, pues los precios varían entre uno y tres millones de pesos y no todos puede costearlo.
La asociación en este momento ayuda a los campesinos entregando jabones especiales para lavar las ubres de las vacas los concentrados e insumos de forma directa en la finca. Esto le ahorra gastos a los campesinos, ya que no deben desplazarse al pueblo para adquirir los productos.
Además, desde Asolhatogs piden al Gobierno que por favor no se importe leche. «No afecta, cuando traen de otro país, acá compran la leche a menor precio».
Muchos de los campesinos comentan que si no fuera por la asociación en este momento vivirían en la pobreza extrema. «Ser parte de ella nos permite tener algo seguro», comentó Gloria.
Asolhatogs contempla que más campesinos se una a la agrupación de las veredas de Suesca y los municipios aledaños. Esto haría que logren salir adelante con la industria lechera, recibir dignos pagos y reducir los niveles de pobreza que hoy atañen al campo.