«La Quéquetterie», en referencia a la expresión que usan los niños en Francia para denominar al miembro viril, es la primera tienda que vende en París unos sugerentes gofres con forma de genitales, y está regentada por una joven venezolana. París, seducida por los sugerentes gofres sexuales de una venezolana.
PUBLICIDAD
Taziana Jurdi se inspiró de este «concepto» en España y pensó que podría tener éxito también en el país galo, explica a EFE en una entrevista, en la que afirma que la venta diaria de este dulce es de entre 700 y 800 unidades.
París, seducida por los sugerentes gofres sexuales de una venezolana
«La que más se vende es la forma masculina», comenta Jurdi, y el «Sugar daddy», con vainilla, chocolate blanco y polvo de bronce. Este es el producto más «icónico» de este pequeño negocio ubicado en el centro de París.
La versión femenina -«foufounne»-, con helado en su interior, también tiene tirón entre su muy variada clientela, ya que hasta aquí se acercan «niños, mayores y familias enteras», confiesa Jurdi.
«Lo vi en Instagram y me pareció original, divertido y raro», explica Philippe Alves. Un veinteañero que ha elegido el «Milshake fraise», bañado en chocolate blanco y chocolate de fresa, en su primera visita a «La Quéquetterie».
A ojos de la venezolana «la calidad de los moldes fue lo más complicado de encontrar». Finalmente los encontró en el catálogo de una empresa tailandesa.
«Las recetas fueron inventadas por mí», reivindica esta joven. Cuenta que llegó a Francia hace diez años para estudiar cocina y pastelería, lo que le ha servido para ofrecer una carta de gofres de lo más variopinta.
PUBLICIDAD
«El producto es un poco fuerte. Hay una línea muy delgada entre ser vulgar y ser ‘cool'», considera la propietaria del establecimiento al ser preguntada por si emplea el doble sentido con los clientes a la hora de vender, como sucede en otros sitios.
Jurdi explica que todos los trabajadores de la tienda son latinoamericanos. Además, prestan especial atención al trato al público siendo simpáticos, escuchando «buena música» y evitando transmitir únicamente una imagen sexual del producto.
«A las personas que vienen aquí se les olvida que están comprando una ‘quéquette'». Hay gente que ha venido muchas veces en poco tiempo porque les gusta el sabor», cuenta.
«La Quéquetterie» tiene nuevos proyectos para el verano y tras haber lanzado una línea de ropa con su logotipo. Ahora quieren sacar helados y velas con el olor de la tienda.