Mujer fue al médico por un dolor y dio a luz a un bebé que no esperaba. Caso de «no sabía que estaba embarazada» ocurrió en Bogotá.
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La madrugada del 31 de enero pasado, Leidy Fernanda Jaramillo asistió a urgencias por un fuerte dolor abdominal.
Al realizarse la prueba de orina que le envían los médicos, desde el baño, grita desesperada indicando que se está desgarrando por dentro.
De inmediato observa que algo sale de ella, era un dolor que nunca había experimentado. Al mirarse, observa que la cabeza de quien sería su futuro hijo estaba saliendo de allí. Dio a luz, pero no sabía que estaba en embarazo, relata el diario El Tiempo.
Leidy Fernanda se desarrolló a los 18 años de edad y los cambios hormonales hicieron que aumentara descontroladamente de peso, algo que la acomplejaba pero con lo que decidió aprender a vivir.
A los 25 años, Leidy, vendedora de seguros funerarios, decidió que es tiempo de irse a vivir con su novio, con quien ha compartido tres años de relación. Aunque planeaban tener hijos después de casarse y estar mejor establecidos, el bebé les tomó por completa sorpresa.
Leidy nunca se dio cuenta de que estaba embarazada porque planificaba con una inyección que desde que comenzó a usar le generaba mareos, irritabilidad y fuertes dolores de cabeza.
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Durante la pandemia, por escasez del medicamento, le cambiaron la marca de la inyección, pero ella seguía experimentando los mismos síntomas, a los cuales ya estaba acostumbrada.
A eso se suma que lo que ella creía que era su periodo le seguía llegando. Según explicó el doctor Alejandro Bautista a El Tiempo, ginecobstetra de la Subred Centro Oriente Materno Infantil, “entre el 3 por ciento y el 1 por ciento de las mujeres embarazadas presentan lo que llamamos los ginecólogos como pseudomenstruación, quiere decir que siguen teniendo un ciclo de sangrados pequeños mes a mes, pero no es una menstruación común y corriente sino un manchado descamativo de la matriz, entonces las mujeres a veces sienten que les bajó poquito, entonces se aplican la otra inyección y vuelven y repiten el otro mes la misma historia, y eso se ha registrado en los embarazos de muchas mujeres».
A esto se suma que el embarazo transcurrió en plena pandemia. Aunque Andrés le insistía a Leidy que fuera al médico, preocupado por su estado de salud (se empezó a desmayar más seguido y vivía muy pálida), nunca logró tener una cita presencial y los doctores solo le recetaban dietas, ejercicio y que tomara el sol. El estrés de perder el trabajo y la situación que estaba viviendo el país también parecían ser causas naturales del estrés que Leidy vivía y su mal estado de salud.
Sin embargo, el 31 de enero los dolores en su abdomen aumentaron considerablemente y en la madrugada del día siguiente comenzó a sentir dolorosos corrientazos que definitivamente la obligaron a ir a Urgencias, lo que ella quería evitar porque no quería exponerse al coronavirus.
Al ingresar, el médico que la recibió inmediatamente ordenó exámenes de sangre y orina para descartar que estuviera embarazada, pero no alcanzó a realizárselos. Cuando cuando se disponía a orinar vio que la cabeza del bebé ya estaba asomando.
Cuenta Leidy que recuerda que en el momento en que el doctor la sube a la camilla su bebé salió expulsado, que no tuvo que pujar y que entre su estado de shock y de desconcierto, no sabía qué hacer.
Sorprendentemente el bebé nació en perfectas condiciones de salud, aunque un poco bajo de peso. No le afectó en absoluto que Leidy hubiera seguido recibiendo las inyecciones de planificación.
Como la pareja no tenía absolutamente preparado para la llegada del bebé, las enfermeras lograron conseguir algunas prendas y pañales para el pequeño.
“¡No sabía que estaba embarazada! Fue un niño que nació, como dicen coloquialmente, con el pan bajo el brazo”, concluyó diciendo Leidy al citado medio.