Este es el panorama de la rumba en Cali y cómo agoniza en su salsa.
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Desde que empezó la pandemia, muchos sectores han sufrido los estragos, pero la peor parte se la ha llevado la economía del entretenimiento nocturno.
No solo estamos hablando de sitios de rumba, sino del arte y cultura que estos espacios aportan a la ciudad, y que han hecho que Cali esté en el imaginario como un sitio de sana diversión donde se puede azotar baldosa.
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Mamut
David Gallego, propietario de Mamut, una emblemática discoteca de salsa, manifiesta que no aguanta más: “Estamos en el olvido”.
En palabras de David, desde que inició la emergencia sanitaria se sabía que este sector sería uno de los últimos que volvería a abrir sus puertas, pero la nula planificación hizo que no hubiera una fase clara de reapertura.
“No sabíamos si aguantar, si endeudarnos, si cerrar, ahora estamos pagando esas consecuencias», se le escucha decir afligido.
Este empresario de la ciudad nos cuenta que el único auxilio que ha recibido del Gobierno fue un mercado en agosto, desde entonces no ha recibido ninguna ayuda.
Después de 11 meses de pandemia, con los negocios cerrados y una apertura parcial para el funcionamiento, los dueños de bares, gastrobares y discotecas están realizando mesas de diálogo para ser escuchados por la Alcaldía de Cali, y así exponer cuáles son sus necesidades y plantear estrategias.
Cali agoniza, ya se han firmado dos pactos con las autoridades distritales y esperan que el próximo sea el último y definitivo.
Ese pacto que le permita al sector volver a abrir sus puertas con un mayor aforo.
Actualmente están funcionando con una capacidad muy reducida, solo el 30%
Esto quiere decir que si a un bar le cabían 100 personas, ahora por ley tienen permitido el ingreso máximo de 30.
Los establecimientos
Para el empresario que es dueño del local es una situación difícil, pero para los que tienen en arriendo, es un verdadero martirio.
David nos cuenta que tuvo que hacer acuerdos de pago con el dueño del sitio para no cerrar sus puertas definitivamente.
La deuda está altísima, David no sabe cómo va a pagarla y ha hecho hasta lo imposible por sobrevivir.
De su discoteca no solo depende él y su familia, también ocho empleados de manera directa y los músicos que tocaban en las noches que alegraban la Sucursal del Cielo.
La banca no le presta dinero a los bares y discotecas, por eso les prometieron que se abriría un fondo para solicitar préstamos y enfrentar la dura situación, pero solo quedó en promesas.
Se reinventaron
Cali agoniza y esa palabra es el eufemismo de rebuscarse.
Cuando no hay más salida que suspender la actividad económica principal, es necesario utilizar el ingenio para continuar funcionando.
David pasó de atender clientes a vender hamburguesas para pagar los servicios públicos.
Invertir en los protocolos de bioseguridad fue otro reto. No es solo comprar un tapete, termómetro y repartir gel antibacterial.
Se tienen que adecuar los espacios, permitir que haya una adecuada ventilación, comprar extractores, instalar filtros purificadores y reubicar mesas.
Empezaron de una manera parcial en septiembre, pero en diciembre volvieron a endurecer las medidas por el pico de la pandemia.
Eso, sumado a las limitaciones de aforo y horario, hizo que estos negocios siguieran vivos, pero en cuidados intensivos.
“Creo que en Cali no debe haber un solo establecimiento nocturno que esté trabajando con ganancias, diría que la mayoría, sino todos, estamos a pérdida”
David Gallego, propietario de Mamut
David espera que las autoridades continúen ampliando las medidas permitidas.
Por el momento, están funcionando hasta la 1:00 a.m., con 30% de aforo y sin posibilidad de bailar, con eso y todo, las ventas siguen sin cuadrar.
Ya le cortaron los servicios, David se dio por vencido, decidió entregar el local junto a su sueño personal. Cali agoniza.
<p>La cifra</p>
— 35.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, se han perdido en este sector
Manuel Pineda, presidente de Asobares del Valle del Cauca, nos confirmó que más de 500 establecimientos de diversión nocturna se han cerrado durante la pandemia.
Estos comprenden bares, discotecas y gastrobares, principalmente negocios familiares: “Hemos perdido cerca de 35.000 puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, junto con toda la cadena de valor”.
Esta cadena de valor que menciona Pineda, se refiere al gremio de los transportadores, proveedores y la industria de licores, entre otros.
Esto dicen las autoridades
La subsecretaria de Desarrollo Económico de Cali, Tatiana Zambrano, le confirmó a PUBLIMETRO que la Alcaldía de Cali ha hecho lo posible dentro de sus limitaciones económicas.
Cali fue la primera ciudad que inició los pilotos de reactivación, pero lamentablemente este impulso se vio opacado por el pico de la pandemia en diciembre.
“En este momento, desde la Secretaría de Desarrollo Económico, se están planteando varias estrategias para este sector, que incluyen alivios tributarios en impuestos como el ICA, Avisos y Tableros, entre otros”.
Tatiana Zambrano, subsecretaria de Desarrollo Económico de Cali
La Administración también ha promovido que otros permisos ajenos al manejo distrital como Sayco y Acinpro, bomberos y demás sean reducidos.
Lamentablemente los servicios públicos no entran dentro de ese paquete, dado que EMCALI, según la funcionaria, no está en condiciones de brindar subsidios o alivios y esto tendría ser autorizado por el Gobierno nacional.
El nuevo Plan de Desarrollo incluye la Banca Solidaria que mencionó David, con créditos blandos y capital de trabajo.
Este fondo se está construyendo con dineros del empréstito que fue autorizado el año pasado por $650.000 millones y se dará a conocer en menos de 15 días con un completo plan de reactivación que incluye al sector del entretenimiento nocturno.