Los obispos de Perú criticaron la histórica sentencia que ordenó despenalizar la eutanasia para el caso particular de Ana Estrada y afirmaron que «no se debe tolerar» que un órgano del Estado «pueda legítimamente imponer o permitir» esta práctica, que «atenta contra el derecho inalienable a la vida».
«La eutanasia siempre será un camino equivocado» al ser «un acto intrínsecamente malo en toda ocasión y circunstancia», por lo que «ninguna autoridad puede legítimamente imponerla o permitirla», enfatizó la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) en un comunicado.
Los obispos emitieron su pronunciamiento después de que saliera a la luz el inédito fallo judicial que ordena al Ministerio de Salud y al Seguro Social de Salud (EsSalud) atender la solicitud de Ana Estrada, de 44 años y diagnosticada desde los 12 con polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que debilita sus músculos.
Con la sentencia, que todavía puede ser apelada, el juez Jorge Luis Ramírez, del undécimo Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, estableció que los médicos que apliquen la eutanasia a Estrada, cuando ella lo decida, quedarán eximidos del castigo que penaliza la eutanasia con condenas de hasta tres años de prisión en Perú, bajo la figura del homicidio piadoso.
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CONTRA EL «SAGRADO PRINCIPIO» DE LA VIDA
La CEP sostuvo que el fallo «contradice» la Constitución del Perú, que establece «con claridad que el fin supremo de la sociedad y del Estado es la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad», algo que implica «promover la vida desde la concepción hasta su término natural».
«Es contradictorio y no se debe tolerar que un órgano del Estado peruano pretenda cambiar una norma constitucional y promueva acciones contra este sagrado principio» de la vida, señalaron.
En este sentido, los obispos citaron al papa Francisco, quien en pasadas ocasiones defendió que «la eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos» y que la respuesta siempre debería ser el afán de «cuidar y amar a las personas para devolverles la esperanza».
Añadieron que «la terrible experiencia de la pandemia» unió más que nunca a las personas «en el incansable esfuerzo por salvar la vida y toda vida hasta el último momento, sin ninguna distinción o excepción».
SOLIDARIDAD CON ESTRADA
Sin embargo, en su pronunciamiento, los obispos señalaron que «comprenden el sufrimiento que Ana Estrada viene atravesando a causa de su enfermedad» y que se «solidarizan con ella».
«Le ofrecemos nuestra oración y cercanía para que en medio del dolor y la angustia que le ha tocado vivir abra su corazón a la fe, a la misericordia y al amor de Dios», indicaron.
Asimismo, los obispos exhortaron a la opinión pública a «valorar como un bien precioso el extraordinario y progresivo desarrollo de las tecnologías biomédicas que han acrecentado de manera exponencial las capacidades clínicas de la medicina en el diagnóstico, en la terapia y en el cuidado de los pacientes».