Después de varios días de expectativa por la supuesta segunda aparición de Jesucristo en la tierra pregonada por una secta religiosa asentada en una población del Atlántico colombiano, sus cerca de tres mil habitantes se quedaron esperando «el fin del mundo».
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El hecho se registró en el caserío Isabel López, una población rural del departamento del Atlántico, en donde feligreses de la congregación evangélica Berea anunciaron que este jueves 28 era el día del «juicio final».
Además de generar una natural incredulidad en sus habitantes, el supuesto mensaje bíblico de un pastor religioso de la ciudad de Barranquilla para que se congregaran en una precaria edificación del pueblo a esperar la segunda venida de Cristo se convirtió en el tema de conversación, e incluso de burla.
La noticia, que hace dos semanas se regó por todo el pueblo, fue conocida por las autoridades del municipio de Sabanalarga, al que pertenece el caserío Isabel López, que de inmediato se apersonaron en el lugar, incluso con la intervención del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, que se llevó a los siete menores de edad que estaban dentro del templo.
Una de las características que tienen los feligreses congregados en la iglesia Berea es que hacen parte de los mismos grupos familiares porque si no comparten su fe los presionan para que sus parientes abandonen la vivienda materna.
Desde la víspera un nutrido grupo de personas se apostó frente a la vivienda que sirve como templo a la congregación evangélica, cuyos integrantes llevaban más de dos semanas ayunando para «limpiarse» y que en la «nueva llegada del Mesías» estuvieran libres de pecados.
Mientras en Isabel López sus habitantes esperaban que ocurriera algo que no pasó, en Barranquilla, a la residencia Ferrer llegaron la Policía, el ICBF, y la Procuraduría para verificar la presencia de otras personas congregadas para recibir la «segunda llegada de Jesucristo».