La noche del miércoles un grupo de parientes de los feligreses de la Iglesia de Berea en Barranquilla hizo presencia en la residencia del pastor exigiendo explicaciones sobre el paradero de sus seres queridos. Miembros de iglesia renunciaron a sus trabajos y bienes para esperar segunda llegada de Jesús.
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Alrededor de 25 personas se encuentran recluidas, al parecer, por voluntad propia en la casa del líder religioso en la capital del Atlántico y otro grupo en el corregimiento Isabel López, en Sabanalarga, a la espera de la venida de Jesús este 28 de enero.
Las autoridades llegaron a la vivienda del pastor Gabriel Alberto Ferrer Ruiz para verificar la situación.
«Todo está en orden, todas las personas están al interior de la residencia a mutuo propio y no tienen ningún tipo de inconveniente y están ahí porque quieren estar», dijo el coronel Álex Suárez, comandante operativo de la Policía de Barranquilla, tras la inspección a Noticias Caracol.
La razón por la cual se mantienen aislados de la sociedad es porque temen a “contaminarse”.
«Mi hija me rechazó porque yo la iba a contaminar y que ella estaba esperando que el Señor viniera hoy, que iban a partir de hoy a mañana», dijo Yaneth Herrera, madre de una de las seguidoras del culto.
Otro de los testigos del caso afirmó que ellos «dicen que tienen que estar en santidad, no tener contacto con nadie porque después van a perder el arrebatamiento que les viene esta noche y en el día de mañana».
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El tío de una de las integrantes de la iglesia aseguró que pudo ver a su sobrina salir, en horas de la noche del miércoles de la casa, pero que al llamarla la joven no le contestó.
Algunos de los familiares contaron además que muchos de los miembros de la iglesia habían previamente renunciado a sus trabajos, vendieron sus casas y demás bienes materiales para unirse al «ayuno prolongado».
Varias ambulancias se mantienen en el corregimiento de Isabel López para atender a las personas que permanecen allí recluidas.
El ICBF reubicó en últimas a ocho menores de edad que estaban en la casa del líder religioso con otros familiares hasta que se aclare la situación.