Un nuevo Iboca. El índice que mide la calidad de aire en Bogotá se ajustará a las medidas internacionales, pero mantiene las mediciones.
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¿En qué cambia el aire? La medición se mantendrá en los 19 puntos, y se buscarán alertas más tempranas para disminuir los riesgos.
Si usted ingresa en los próximos días a la página que mide la calidad de aire en Bogotá, podrá alarmarse con lo que encuentre. Aunque haya como se vio en días pasados un aire suficientemente limpio para ver los nevados del Tolima y del Ruiz, la calidad no pasará a ser azul clara, que era el indicador actual de condiciones favorables.
En estaciones como la de Carvajal-Sevillana, donde frecuentemente la contaminación llega a niveles de alerta, el índice pasará a ser naranja. Y si llega a presentarse una afectación como las vistas por incendios forestales en 2020, vería indicadores rojos y morados con mucha más frecuencia.
El motivo que ocasiona estos cambios es un ajuste en el Índice Bogotano de Calidad del Aire (Iboca), decretado en 2013. Este índice será ajustado en las próximas semanas, según la Secretaría de Ambiente, para acoplarse a la normativa nacional y la internacional sobre los cálculos de medición de componentes peligrosos para la salud, específicamente, de material particulado de menos de 2,5 micras de diámetro (PM 2,5).
Este cambio en el índice cambiará los colores específicos para Bogotá que se usaban en los últimos 7 años ajustándolos al estándar internacional. Las mediciones pasarán a ser comparables con las internacionales, que también utilizan otras ciudades como Medellín. Así mismo, cambiarán las formas de advertir sobre situaciones de riesgo o peligro ante la salud de los bogotanos.
Más que un cambio de color
El nuevo Iboca permitirá contrastar la medición de calidad del aire de Bogotá con el estándar AQI de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés). Este toma cuatro intervalos, que van desde estados favorables con menos de 12,0 microgramos por metro cúbico de aire, hasta peligro por concentraciones superiores a 355 microgramos.
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Así, un aire razonablemente limpio como el que se ha visto en estos días en Bogotá, gracias a las cuarentenas, no tendrá un color azul claro sino verde. Una situación de precaución como la que se suele vivir en el extremo suroccidental de Bogotá empezará a ser registrada con colores naranjas.
En general, los índices actuales mantendrán los mismos intervalos de concentración de PM 2.5, por lo que son comparables. Un nivel actual moderado, que se ve en la escala del Iboca 1 de 20 a 30 y en color amarillo, pasará a una escala de 101 a 150, y a representarse en naranja. Esto no indica un empeoramiento en la calidad del aire, sino un cambio en la manera de representarla.
Así mismo, para facilitar la comprensión de esta situación, las alertas dejarán de designarse con colores. Estas entrarán a una fase I en naranja, II en rojo o emergencia ambiental en morado. Los colores verde y amarillo representarán situaciones normales que se actuarán mediante los planes de descontaminación que serán presentados a la ciudad en febrero.
¿Cómo limpiar el aire?
La secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, destacó la importancia de este cambio de la medición de calidad del aire en Bogotá como un paso para mejorar esta atención. Para esto, no solo se hará énfasis en el trabajo de reemplazo de vehículos y los planes con las industrias, sino un modelo más profundo de cambio de operaciones.
El segmento de transporte público ha trabajado de manera importante con la adjudicación de más de 1200 buses eléctricos para el Sitp, con lo que Bogotá tendría la flota eléctrica más grande del mundo fuera de China. De estos buses, ya 231 están rodando en las localidades de Ciudad Bolívar, Fontibón y Usme. El total de la flota eléctrica se espera que esté en operación en 2022.
Así mismo, con la Financiera de Desarrollo Nacional se busca un modelo para permitir el reemplazo de los vehículos de carga y transporte pesado como camiones y volquetas que tienen hasta 60 años de antigüedad, por vehículos con tecnologías más limpias. También se adelantan procesos para modernizar algunas plantas industriales que operan con carbón y combustibles líquidos, para cambiarlas por gas natural o electricidad.
Finalmente, un trabajo más importante se adelanta con la CAR Cundinamarca. Este no solo permitirá llegar a acuerdos como el vivido durante la emergencia ambiental de marzo de 2020 con Soacha para tomar medidas unificadas. También se buscará modelar la distribución de la contaminación sobre toda la Sabana, y potenciar las mediciones de tal forma que permitan una planeación efectiva de estos planes.
¿Y en caso de emergencia?
La Secretaría de Ambiente advirtió que las medidas en caso de alertas o emergencias se mantendrán como vienen. Medidas como pico y placa para vehículos, suspensión de operaciones industriales o restricción de salida de personas vulnerables a la contaminación se podrían tomar con el nuevo Iboca.
Un tema particular sería el de la distribución de productos industriales. Ante la salida de fábricas de Bogotá a municipios vecinos, un elemento nuevo es el impacto de la distribución de materias primas o artículos terminados en la ciudad.
A pesar de esto, la Alcaldía presentará en el primer trimestre de 2021 un «plan Aire», el cual indicará las medidas para buscar una descontaminación del aire en la ciudad.
