Uno de los sectores más golpeados a nivel mundial por el aislamiento producto de la COVID-19, fue el económico. Es por eso que, las buenas prácticas, mejorar los hábitos de consumo, impulsar económicamente las pequeñas, medianas y grandes empresas, entre otros factores, son cruciales para lograr una reactivación económica y evitar caer en crisis.
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Los efectos de la pandemia se vieron particularmente en países que dependen en gran medida del turismo, las exportaciones de productos básicos, el comercio internacional y el financiamiento externo.
Según el Banco Mundial, se estima que la economía se redujo un 5,2 % en 2020 y de acuerdo con el informe Perspectivas Económicas Mundiales de la misma entidad, esta sería la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 que tantas economías enfrentarían una disminución del producto per cápita.
Héctor David Nieto Martínez, coordinador del área financiera de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad El Bosque, asegura que, además de las pérdidas económicas, la pandemia dejó en evidencia problemas como la cobertura en salud y la desigualdad social, que también significan un reto enorme que cada gobierno debe afrontar.
“La incertidumbre política en el ámbito económico y social sigue afectando las economías del mundo. Por ello, estamos ante una situación delicada. Sin embargo, hay que reconocer los esfuerzos mancomunados que han realizado los países para mantener ese crecimiento, lento pero sostenido” dijo Nieto.
Pese a que ya se habla de la distribución de la vacuna contra el coronavirus, es difícil establecer un tiempo exacto para el fin de la crisis económica, aunque se estima que las mejoras vendrán a partir del 2022.
“No podemos asegurar una fecha, porque todo dependerá de los planes de acción de los gobiernos y de factores, como que no haya más rebrotes de la Covid-19, la efectividad de la vacuna y que esta llegue a todos los países desarrollados y emergentes. Y lo más importante, que realmente funcione”, agregó Nieto.
Estos son los diez pasos que podrían ayudar a reactivar la economía a nivel mundial.
- Impulsar económicamente las pequeñas, medianas y grandes empresas, lo que permitirá generar procesos.
- Cambiar el chip de la forma en que compramos, consumimos y trabajamos. Hay que volver a reentrenar a las personas para que tengan la capacidad suficiente para seguir promoviendo este proceso de recuperación.
- Debe existir una cooperación internacional que jalone las economías, sobre todo en los países emergentes.
- Incrementar el empleo y la productividad, con el fin de promover el desarrollo y el crecimiento económico.
- Aumentar los procesos de formalización de empresas, a través del acompañamiento y apoyo por parte de los gobiernos.
- Generar empleo y oportunidades, a través de la creación de nuevas empresas de tecnología y de fondos que promuevan los procesos de financiación y recuperación económica.
- Desarrollar propuestas de focalización hacia la planeación financiera, con el fin de mitigar problemas financieros en el futuro.
- Promover el impulso económico a nivel interno y externo para apoyar los procesos de crecimiento empresarial.
- Incrementar y fomentar la inversión.
- Proteger el empleo formal.