En el refugio del Alto de San Miguel se pasó de un avistamiento de 8 nuevas especies a 22. El silencio de la pandemia facilitó el avistamiento de más de 20 nuevas especies de aves y mariposas.
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Avistamiento de más de 20 nuevas especies
Felipe Molina, coordinador del Refugio, reconoció que durante la pandemia se han logrado avistar más especies que en el pasado, ya que su equipo pudo salir a realizar expediciones ocho veces al mes.
El Alto de San Miguel recibió en 1993 la categoría de reserva ecológica y la Alcaldía de Medellín compró el 60% de los predios.
“Cuando se declaró refugio, la estrategia fue primero hacer pedagogía ambiental. Que los pobladores más cercanos supiéramos de qué se trataba la conservación», le dijo a El Colombiano Daniel Hernández, técnico del refugio.
El refugio es una zona visitada, generalmente, por turistas del Valle de Aburrá.
Según los expertos, el silencio de la pandemia facilitó que nuevas familias de aves y mariposas llegaran a establecerse allí.
“Estos hallazgos son el resultado de las labores de protección y conservación, con las cuales garantizamos condiciones ideales para la fauna y flora que allí habita”, le explicó al mismo medio, Diana María Velilla, secretaria de M. Ambiente de Medellín.
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Solo en el Alto de San Miguel se alberga y aporta en un 16% a la biodiversidad del país según investigaciones realizadas entre 1999 y 2000, indicó el diario.
Además, en el 2020 el refugio habría sido el hogar de 22 nuevas especies de aves y mariposas que fueron avistadas por los trabajadores del lugar.