La banda sonora de los recorridos por San Vicente es el canto del agua en cascadas, ríos, charcos o pequeños hilos que se atraviesan en el camino como un embrujo para los turistas y un motivo para que a sus alrededores se dé la vida en variedad de plantas y animales. San Vicente es uno de los 19 corregimientos que tiene Jamundí. Y Jamundí, con sus siete ríos, una de las riquezas hídricas del Valle del Cauca.
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Quienes se aventuren a hacer una ruta por esas tierras tienen varias opciones: desde caminatas de mínima exigencia física pero con altas recompensas paisajísticas, hasta recorridos de 19 kilómetros que permiten ver el municipio en panorámica y coronar la cúspide de algunos picos. La mayoría de las nueve veredas de este corregimiento ofrecen servicios de hospedaje, alimentación y guianza.
“Lo que más le gusta a la gente cuando viene al corregimiento son las cascadas. Tenemos muchísima agua y una gran biodiversidad. También se destaca la gastronomía. Desde que salimos de Jamundí vemos una cañadita que va aumentando hasta que se convierte en el río Jordán”, comenta Patricia Marín, guía turística y dueña de la finca El Nacedero.
San Vicente hace parte de la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural Farallones de Cali y fue uno de los corregimientos por los que la Alcaldía de Jamundí armó rutas turísticas, 12 en todo el municipio, para apoyar la reactivación económica de los prestadores de servicios e incentivar el turismo entre propios y visitantes.
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El punto de encuentro es la Fonda Los Amigos, donde el señor Ramiro Velásquez le ha hecho honor al nombre de su negocio al articularse con sus vecinos para, entre todos, ofrecerles el mejor servicio a quienes llegan al corregimiento.
“Aquí hay amor para atender a los que nos visitan. Yo oferto lo que tienen todos mis vecinos en la vereda, así que hay fincas para pasar un día o un fin de semana, opciones gastronómicas como el fiambre montañero, transporte, senderismo, avistamiento de aves… Es un sitio para divertirse”, cuenta Ramiro.
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En el recorrido por las cascadas, los turistas más osados pueden resbalarse por el tobogán de piedra: seguidilla de rocas lisas y en pendiente que se han convertido en un reto para quienes van en busca de un chapuzón. A escasos metros está la cascada de Los Deseos, y unos kilómetros más adelante aparecen la cascada de El Indio y el charco de La Ballena, piscina natural.
En El Nacedero, una de las fincas del corregimiento ubicada en la vereda La Clavelina, se ofrece hospedaje desde $10.000 la noche en carpa, además de rutas temáticas por el bosque nativo, visita a cascadas y alimentación. “Es un sitio completamente tranquilo y seguro”, cuenta Patricia Marín.
Quienes deseen conocer estos sitios, que son apenas unos pocos atractivos del corregimiento y del municipio, pueden comunicarse a los teléfonos 3118602609, 3128045528 o 3023171850 para armar las rutas según sus preferencias.