David Hurtado logró su primera patente cuando tenía 25 años de edad y tres años de haber terminado su carrera de Ingeniería Biomédica en la Universidad Autónoma de Occidente. En esa ocasión patentó una mesa portable para personas en silla de ruedas, invento que lo impulsó a crear una empresa y a llevar su desarrollo hasta Estados Unidos.
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Caleño, de 35 años y con varios posgrados internacionales, Hurtado es el nuevo presidente para Latinoamérica de IPwe, una plataforma mundial para el ecosistema de transferencia de patentes que busca transformar la propiedad intelectual en un activo financieramente comerciable. El lanzamiento de la nueva sede será este 26 de noviembre, en un evento virtual al que asistirá la ministra de Ciencias, Tecnología e Innovación de Colombia y el CEO de IPwe.
En entrevista con PUBLIMETRO, el ingeniero y presidente de IPwe LATAM habló de las potencialidades que tiene el continente para incursionar en un negocio que le va a generar grandes réditos.
¿En qué consiste la idea de transformar las patentes en un activo negociable?
Una patente es un derecho que un gobierno le otorga a una persona u organización que demuestre que un invento es novedoso. Eso es propiedad intelectual, un activo intangible que se puede comercializar: vender, donar, licenciar, intercambiar o poner en prenda. Este mercado genera, en el mundo, 180 mil millones de dólares al año con solamente el 2% de las patentes que existen. La filosofía de IPwe es tratar de agrupar todas las patentes para analizarlas y mejorar su comercialización.
¿Cómo está Latinoamérica en ese mercado?
En países como México, Panamá, Costa Rica, Brasil, Chile, Argentina, Perú y Colombia tenemos investigadores que se han formado en universidades de primer nivel y que hacen investigaciones de punta. Hace unos años se gestionaban las patentes solo por ganar prestigio, pero ahora se tiene todo lo necesario para generar ingresos a partir de su transferencia y comercialización. Por esa razón se abrió la sede en América Latina, porque la empresa vio ese potencial.
¿Y Colombia?
El Ministerio de Ciencias e iNNpulsa han brindado un gran apoyo para que se hagan transferencias locales de patentes. Sin embargo, siempre he creído que es más fácil comercializar una patente con una pequeña empresa en Estados Unidos que ya haya licenciado algunas, en vez de ofrecerla a una empresa colombiana muy grande que no entienda el valor de la propiedad intelectual. Estamos exportando conocimiento, tecnología. Este negocio no es muy conocido en nuestro país porque nos llegó primero la ola del emprendimiento. Ahí hay una gran oportunidad.
¿Qué diferencia hace IPwe en ese papel de intermediario?
Somos una plataforma mundial con aliados comerciales en países desarrollados y tenemos la capacidad tecnológica y humana para presentar las patentes a varias empresas que puedan interesarse. No se cobra el estudio previo de la patente, sino que se descuenta cerca del 10% del monto en el que logre venderse. Estamos haciendo una irrupción en el negocio.
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¿Qué siente al asumir un cargo de tan alta responsabilidad?
Me he preparado durante los últimos 15 años para esto. Fui el inventor de la primera patente de la Universidad Autónoma de Occidente, me fui a Israel a cursar una maestría en Derecho de Patentes, luego fui directivo de la Universidad Javeriana en el apoyo a emprendedores y docentes investigadores para poder patentar, después monté una empresa de consultoría y esto me permitió entrar en contacto con IPwe. Es el cargo que siempre había soñado y que va a partir mi vida profesional en dos porque ahora entro a las grandes ligas del emprendimiento mundial.
¿Cuál es su mensaje en esta nueva etapa profesional?
He podido conversar con mucha gente de Latinoamérica, he viajado a varios países y me he dado cuenta de que tenemos los mismos sueños. Si nos unimos, vamos a lograrlos. Para conquistar grandes empresas con las patentes que se hacen en esta parte del continente tenemos que llegar en bloque. Siento que desde IPwe puedo aportar a que las patentes se unan y algún día podamos presentar un portafolio de patentes de software computacional a compañías como Google, por ejemplo. Debemos progresar juntos. Me gustaría ver a Latinoamérica Unida en ese propósito.