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Fiat 500X: un paquete más amplio que gana por la pinta

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Arte italiano. La estética del Fiat 500X ofrece una alternativa muy diferente y atractiva en el competido segmento de SUV y crossover compactos.

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Y la capacidad… A pesar de las mejoras, es un vehículo que está mucho mejor en la ciudad que en la montaña o el destapado.

Fiat es una marca en una particular dicotomía. Los vehículos desarrollados en Italia, muchos de ellos basados en el histórico Cinquecento, tienen un apego muy marcado. Otros, como los Uno Way, Mobi y Argo, son desarrollados en Brasil para mercados de Latinoamérica, donde la marca es fuerte. De la mano de SK Bergé, la marca ha desarrollado este segmento de entrada, pero también empieza a dar pasos fuertes con la Fiat 500X en el espacio más competitivo del mercado.

Y la apuesta es una, sobre todo, de diseño. El Fiat 500X hereda el diseño del clásico «Topolino», con líneas que tienen sus años pero los ocultan muy bien. Este rediseño a un vehículo presentado en 2014 actualiza levemente su figura, con apliques negros en los guardabarros y nuevas luces diurnas LED, que lo asemejan a la estética crossover muy común en su gama.

Aún así, no hay otros elementos tradicionales de estos vehículos: no existen las líneas pronunciadas, cortes de cuña o figuras cuadradas. De hecho, aparte de paneles en los bómperes que asemejan una barra de protección, la figura es más bien «simpática», con guardabarros redondeados y líneas armónicas. Las luces, tanto delanteras como traseras, están elevadas con piezas destacadas, así como el spoiler sobre el baúl que evita que el vidrio trasero se ensucie de más y ayuda levemente con el consumo de combustible.

Por dentro la situación es bastante destacada. La altura al piso y la posición elevada del asiento hacen que la posición sea cómoda y dominante, además de ayudar con un espacio interior muy destacado para un auto de menos de 4.3 metros de longitud. Esto tiene una doble ventaja: caben muy bien cuatro adultos (al quinto le hace falta un apoyacabezas), y parquear es muy sencillo.

La visibilidad es importante y los materiales, en donde destaca un panel pintado con el color de la carrocería, se ven cómodos. Detalles como el encendido, con llave y no con botón, o la apertura de la puerta que no tiene modo sin llave, denotan la relativa edad de la plataforma.

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Per la strada

«Para la carretera», en italiano. El Fiat 500X que llega a Colombia viene en una única versión, con el ya conocido motor 1.4 litros Multiair turbocargado de 139 caballos de potencia. Una transmisión automática de 6 velocidades con levas en el timón, la misma de la Toro, lleva la potencia a las ruedas delanteras. No hay versión 4×4, aunque para el uso que se espera tampoco se necesita.

A pesar de la altura al piso, es evidente que es un vehículo configurado más para calles y autopistas que para competencia. Aquí no hay sueños de subir el Stelvio o el Mortirolo: la caja es bastante larga y castiga mucho la aceleración. A eso hay que añadirle la reacción abrupta en modo secuencial, que hace parecer que uno anda «a jalonazos». Una lástima, porque el motor reacciona muy bien desde las 2000 revoluciones; más abajo se nota el retraso en la carga del turbo.

Esto hace que en ciudad le cueste salir de los semáforos, pero con un poco de impulso reaccione muy bien. La deportividad no es tanta, pero en un segmento donde el énfasis está en espacio y economía de combustible, no importa tanto. PUBLIMETRO destacó un rendimiento mixto en ciudad, carretera y ascenso cercano a los 45 kilómetros por galón, correcto.

La suspensión es bastante rígida y hace el andar incómodo y «brincón» en piso destapado, o en los huecos de las calles bogotanas. Esto tiene un contrapeso marcado en autopista, donde el vehículo es muy estable y confiable en curvas rápidas. Los frenos, por su parte, reaccionan muy bien, algo básico en un automóvil diseñado para las calles de Roma y sus caóticos conductores.

Accesorios para la familia

El énfasis familiar del Fiat 500X es notorio en los accesorios y complementos con los que llega. Tiene seis airbags, control de estabilidad, de tracción y de mitigación de vuelco. En entretenimiento, tiene el excelente sistema UConnect de FCA, conectado a una pantalla de 7 pulgadas algo pequeña, con conexión a Android Auto y Apple CarPlay. Además trae tres puertos USB, incluido uno en la zona trasera.

Otros detalles como el monitor de presión de llantas, el aire acondicionado bizona y el control de crucero convencional son casi de rigor en un segmento de competencia despiadada. Prácticamente todas las marcas, desde las chinas hasta las de lujo alemanas, tienen un crossover o SUV en el segmento B. Casi todos copian el mismo modelo: plataforma de automóvil, diseño «robusto», líneas agresivas, rendimiento apenas suficiente.

El Fiat 500X es en este sentido un completo cambio de imagen. Su diseño redondeado remite a autos muy queridos, como el Topolino o el Escarabajo, pero también deja una similitud a los fastbacks norteamericanos de los años 1940. Este vehículo no es una competencia propiamente dicha a las Chevrolet Tracker, Ford Ecosport, Hyundai Creta u otras SUV similares que se escapan del precio de $85 millones.

Para Fiat, el objetivo debería ser claro: la Renault Captur y la Nissan Kicks. Dos «camionetas» que ganan de diseño, la segunda con una apuesta modernista y la primera, con el beneficio de la fabricación brasilera. Aún así, el Fiat 500X es beneficiario de la manufactura italiana. Como un buen queso parmesano o un salami, no es para todos pero cruza muchos puntos para los fanáticos.


El carro en un minuto

Modelo: Fiat 500X Latitude 2020

Motor: 1.4 litros turbocargado, 138 caballos de potencia, 230 Nm de torque.

Transmisión: Automática de 6 velocidades con levas en el timón

Tracción: Delantera.

Pro: Estética distintiva y amplio espacio interior en un paquete compacto.

Contra: Transmisión y suspensión rústicas en una gama en la que la comodidad reina.

Precio: $84’990.000

 

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