Sin público, impregnado de nostalgia y en un escenario distinto, el Desfile de Silleteros de Colombia utilizó una atípica edición para enviar mensajes de esperanza y resiliencia con vistosos arreglos florales y una tradición que sobrevivió a la pandemia de la covid-19.
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Hubo melancolía en los floricultores que participaron. No poder tapizar con flores a Medellín, capital de Antioquia, como lo habían hecho por más de seis décadas, provocó lágrimas durante la particular celebración que por primera vez fue hecha en el corregimiento (caserío) de Santa Elena, el hogar de los silleteros.
En esta oportunidad, el coronavirus definió los cambios radicales en el evento, considerado el corazón de la Feria de las Flores, que finalizó este domingo tras ocho días de programación virtual.
Las calles de la gran ciudad fueron cambiadas por un parqueadero en el Parque Arví, donde se concentraron los 55 finalistas para recorrer escasos 400 metros, mientras que cerca de 500 silleteros debieron ver el desfile desde sus fincas a través del televisor y plataformas digitales.
Para Francisco Orlando Quintero, ganador absoluto de esta edición 63 del desfile con su silleta en la categoría Artística, fue «muy duro» no tener a todos sus compañeros reunidos en un evento con el que están «marcando historia» al reponerse de un momento crítico y hacer su fiesta.
«Es un desfile icónico. Tengo sentimientos encontrados. Me alegra mucho habérmelo ganado. Me encantaría estar en la ciudad, cargar allá y alegrar a la gente con esta hermosa silleta, pero las circunstancias se dieron así», expresó a Efe el floricultor, que desde 2013 obtuvo la distinción de desfilar.
UN JAGUAR INSPIRADOR
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Encarnar un espíritu de resistencia en su majestuosa silleta, con un jaguar como protagonista y las frases «Ánimo, Colombia mía; no perdamos la alegría», hizo que este campesino, de la aldea Barro Blanco, se adjudicara el primer lugar y encabezara el recorrido que por primera vez hicieron distanciados y usando mascarilla.
Con su creación, que brilló entre los 510 arreglos florales evaluados por 17 jurados, entre ellos la ministra de cultura colombiana, Carmen Vásquez, Quintero buscó «proyectar esperanza» y advertir que «no podemos dejar de sonreír y de soñar».
Explicó que, con 25 variedades de flores, le dio vida a una especie de máscara de carnaval, utilizada en algunas fiestas populares y por fanáticos cuando juega la Selección Colombia.
«Refleja lo que somos los colombianos: alegría, fiesta y colorido», detalló.
HOMENAJE A HÉROES DE LA PANDEMIA
Esa no fue la única idea que destacó. Aparecieron trabajos inspirados en personajes como Gandhi y las silletas fueron lienzos para rendir tributo al campesino, hacer un llamado a la conservación ambiental y resaltar la unión que paradójicamente gestó con el confinamiento.
«Antes vivíamos juntos, ahora vivimos unidos», expresó a través de su silleta uno de los finalistas.
Este arte también fue un vehículo para agradecer al personal sanitario y a los diferentes grupos que han estado en la primera línea de batalla contra el coronavirus, que fueron recreados en algunas piezas junto a mensajes como «Florecen los héroes y la esperanza».
El floricultor Rodrigo Alonso Sánchez, en su decimoséptima participación en el desfile, quiso hacer un homenaje «muy sentido y justo» a los héroes que están «dando todo» en esta situación.
Además de los médicos, en su arreglo exaltó a la Fuerza Pública y la «tarea silenciosa» que hace el campesino: «Por ellos no ha faltado la comida en la mesa de los colombianos», expresó a Efe.
SALVAGUARDAR LA TRADICIÓN
En el pequeño ramillete de silleteros que desfiló destacó Ana Lucía Atehortúa, de 72 años. Y no solo por ganar en la categoría Emblemática, sino por ser una de las pocas exponentes mayores de esta tradición que pudo participar en esta histórica edición.
«Es triste no poder mostrar nuestras silletas en Medellín. Yo llevo 45 años desfilando y fui ganadora absoluta en 1980», comentó a Efe la campesina, junto al arreglo que elaboró con más de 20 variedades.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, señaló que hacer esta celebración, que habitualmente tiene lugar en agosto con una nutrida presencia de turistas, tuvo como objetivo salvaguardar una tradición declarada Patrimonio Inmaterial y Cultural de la Nación.
«Esto es un renacer. Con estas silletas nos han dado un mensaje y han sido semilla», expresó el mandatario durante la premiación.
Recordó que este desfile «nunca se ha parado» y, con la pandemia, este año había «un riesgo», pero finalmente lograron llevar a cabo la feria con 50 eventos virtuales y tener a los emblemáticos cargueros de Santa Elena cuidando sus jardines para enseñar con su arte a florecer.
Entre los ganadores también estuvieron Boris Mauricio Sánchez en la categoría Monumental, Jhon Jairo Grajales en Tradicional, Julián Darío Alzate en Comercial, Kevin Grajales en Junior y Valeri Sánchez en Infantil.
EFE