Quemaron el cuerpo de colombiano que murió en Rusia, pero no quieren devolver sus restos
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La pérdida de un ser querido siempre será un drama. Más lo es si no se puede hacer ese duelo del ser amado que ya no estará más. Es lo que está viviendo la familia de Alexis Torres Rojas, un físicoculturista quien murió en Rusia y hasta el momento sus restos mortales no han sido devueltos a sus familiares.
Torres viajó hasta el país euroasiático para casarse con Anna, mujer a la que conoció por redes sociales y con quien pretendía casarse tras entablar un romance. Allí hizo su vida y se preparaba para un campeonato mundial de fisicoculturismo en los Montes Urales, pero las complicaciones lo llevaron a la muerte.
El deportista sufrió una septicemia que le afectó sus órganos vitales. Dicha enfermedad la contrajo tras una cirugía ambulatoria practicada en 2017, cuando sufrió una lesión en uno de sus músculos. Uno de los órganos afectados fueron los riñones, algo que tomó mayor relevancia cuando no se le pudo hacer una diálisis en un pequeño hospital.
Quemaron el cuerpo de colombiano que murió en Rusia, pero no quieren devolver sus restos
Tal descuido derivó en la muerte de Alexis. Desde allí, la familia lucha para repatriar sus cenizas y no ha sido posible. «A él prácticamente lo dejaron morir, la septicemia se le regó por todo el cuerpo y también creo que hubo negligencia médica. Murió lejos de su familia, de sus amigos, de su país, cuando intentaba buscar mejores posibilidades de vida y abrir un nuevo camino. Allá vivía con su esposa, la pequeña hija de ella y su suegra. Ya han pasado tres años y no hemos podido recuperar ni las cenizas», relata Yamile Torrado, tía del difunto.
La pandemia complicó aún más el proceso de repatriación. Para traer el cuerpo de Torres, el proceso costaba 60 millones de pesos, pero la familia cucuteña no pudo llegar a tal cifra. Entonces decidieron autorizar la incineración, pero luego de la misma, no han conseguido que les devuelvan el cuerpo.
«El deseo, nuestro anhelo, es poder recuperar sus cenizas y dejarlas en un lugar que ya tenemos apartado en Ocaña para poder cerrar ese ciclo y pasar esa página. Ya este año tampoco se pudo, pero tenemos la ilusión de poder resolver todo lo más pronto posible. Al menos ese acto nos dejará al final un tanto de serenidad», termina Yamile el relato a El Tiempo, esperando mejores noticias próximamente.