Un terrible hecho de violencia ocurrió en la zona rural de Risaralda. Allí, el pastor de una iglesia fue a buscar a uno de los feligreses en la finca donde vivía, pues se le hizo muy raro no verlo en el culto.
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El creyente era Héctor Montoya Gallego, de 89 años, quien compartía la finca con su hijo y su nuera. Cuando el pastor llegó lo atendió el hijo del hombre.
«Ante las dudas propuestas por el pastor, el hijo señaló que su padre debió salir de la región por cuenta de una extorsión», indicó la Fiscalía en un comunicado.
Sin embargo, el religioso tuvo sospechas frente a estos argumentos y decidió denunciar el caso como una desaparición. Al mismo tiempo, organizó una jornada de búsqueda con varios vecinos de la zona.
«Tierra removida en un sector de la finca generó inquietud en las personas que realizaban la búsqueda, y tras hacer una inspección se evidenció la presencia allí de un cuerpo sin vida», añadió el ente acusador.
Servidores del Grupo de Exhumaciones realizaron la extracción del cuerpo y se comprobó que se trataba de Montoya Gallego.
Por lo pronto, hay una persona capturada y se está determinando si tuvo que ver con el asesinato y desaparición del adulto mayor. El juez le ordenó detención preventiva en la cárcel por el presunto delito de homicidio agravado.
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