Muy lejos de los reflectores y pensadas para trasegar en las largas faenas del campo, las llamadas botas de la paz, elaboradas por el proceso de reincorporación en Tierra Grata, César siguen dejando huella, esta vez en los procesos de moda que se desarrollan en país, aún en medio de la pandemia.
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En esta ocasión, serán uno de los accesorios principales, en la pasarela que la diseñadora María Luisa Ortiz presentará durante del cierre de Ixel Moda en Cartagena.
“Nosotros tardamos una semana en la elaboración de estas botas, pero están garantizadas por nuestra nuestra experiencia como un calzado de larga duración para terrenos de alta montaña y de difícil acceso”, dijo a PUBLIMETRO, Diosenel Criado, uno de los líderes del taller, quien llevaba 20 años en las filas Farc.
Las ya reconocidas botas, se han convertido en un calzado de venta muy popular en los talleres de Tierra Grata en Cesar, que estos exFarc ahora zapateros consideran que son completamente “todo terreno”.
“Las botas son uno de nuestros logros comerciales porque sabemos cómo hacerlas para que sean más durables y resistentes en todo tipo de clima, por eso son muy apetecidas en el mercado”, resaltó Criado.
Vienen en tonos negro y beige para todas las tallas y gustos y además traen el sello de Tierra Grata “Territorio de Paz”. Este diseño que antes estaba destinado para el combate, en el cierre de Ixel Moda, pisarán la pasarela y en forma virtual durante el congreso de moda.
“Estoy muy comprometida como diseñadora en apoyar en el desarrollo de las comunidades, en este caso, el taller de Tierra Grata, Cesar y estas botas son un accesorio muy útil y dinámico para el campo y exteriores, por eso lo incluí en esta colección. Las botas para la paz han constituido un proceso reincorporación y de reinserción de estos creadores al tejido social en el país”, contó María Luisa Ortiz en diálogo con este medio.
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Sobre la pasarela
En esta edición la diseñadora presentará su capsula atemporal ‘’Transición, preparándonos con acciones hacia la transformación” la cual cuenta con prendas en tonos neutros, blanco, gris y negro, sumando que serán prendas con silueta holgada y “over sized”, traduciendo la necesidad de comfort para el trabajo en exteriores.
Esta colección será presentada con el fin de que se ajuste a la nueva realidad con una cápsula de vestuario reciclado para la atemporalidad. ‘’Buscando crear nuevas versiones de vestuario a partir de otro ya existente, permitiéndole una segunda oportunidad no solamente al textil, se generan oportunidades de empleo para muchas personas de la cadena de abastecimiento, además se tiene en cuenta la importancia del compromiso con el medio ambiente’’ agregó, Ortiz.
Por otro lado, para esta creadora, este formato nace como una nueva oportunidad para el gremio de la moda, permitiendo que este explore en la virtualidad como un escenario para cambiar los esquemas. “Estas botas nacen de un diseño que también fue reciclado, de un uso, en el pasado para un conflicto, pero ahora tiene otro propósito funcional en este presente”.
El tema central del congreso “Hoy, un futuro no imaginado” permite un diálogo con una coyuntura especial para que el gremio se adapte a la actual normalidad y así, reconozca en esta nueva etapa la importancia de los canales de distribución, comercio justo y la interacción con los productores como uno de los componentes que nos enseña la virtualidad, como se ha discutido en muchos de los paneles y charlas presentados en el evento, que cierra este viernes en Cartagena, como parte de su reactivación como destino turístico con el apoyo de Fontur.
La edición 10 del Congreso Ixel Moda, también es un espacio que invita al apoyo del producto nacional, el cual permite generar empleo y oportunidades de negocio para este gremio. ‘’Hacemos una invitación a nuestros clientes en Colombia, hablo por la mayoría de mis colegas cuando invito a que los colombianos encuentren una afinidad en la moda colombiana, y vean a esta como herramienta para enriquecer la individualidad. Además, apoyar el producto nacional fortalece al gremio y lo da a conocer al mundo, sumado a esto, detrás de este hay gente trabajando y es una manera solidaria y empática de apoyar la economía nacional”, concluyó Ortiz.
Son casi 44 excombatientes que dejaron las armas por la zapatería y ahora hacen parte de las sastrerías de Pondores y Tierra Grata con la que buscan fortalecer sus talleres, apostarle a la marca propia, conseguir nuevos clientes y vender sus colecciones a un precio justo para continuar avanzando en el camino de la reincorporación y la paz.
Cifras:
En estos espacios territoriales viven 180 excombatientes en Tierra Grata y 250 en Pondores de los más de 13 mil desmovilizados que abandonaron las armas en el país. 44 operarios laboran en los talleres.