EatCloud es una plataforma desarrollada en 2019 que fue sacada adelante apenas en seis cortos meses gracias a la experiencia que sus creadores tenían al trabajar con grandes empresas del sector de alimentos, optimizando sus procesos a través de la tecnología. EatCloud, el emprendimiento que está evitando el desperdicio de toneladas de comida en Colombia.
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“Tenemos una compañía de tecnología que lleva 19 años en el mercado. Ya veníamos automatizando proyectos comerciales y trabajando con una multinacional de consumo masivo en su operación de reatil, y fue entonces cuando nos topamos cara a cara con el desperdicio”, explica Jorge Correa, CEO de la iniciativa.
“Los gestores principales somos tres hermanos que desde siempre hemos estado inspirados por el testimonio de vida de nuestros padres. Nuestra madre fue educadora y siempre trabajó por la niñez, y un capítulo grande de su vida estuvo dedicado a la nutrición infantil. Nos topamos con este ‘problemonon’ y vimos que ahí convergían dos cosas: nuestra cercanía con los procesos en la industria de alimentos y el deseo de optimizarlos, y nuestro ADN social”, cuenta Correa.
Este impulso los ha hecho ganadores de varios galardones, el más reciente de ellos, el Premios Latinoamérica Verde, en el que fueron los protagonistas de la categoría Producción y Consumo Responsable, elegidos entre poco más de 2.500 iniciativas de la región. Además, también se ganaron la oportunidad de grabar un documental de su iniciativa que será transmitido en las plataformas de DirecTV.
“No concebimos que en el mundo se boten un tercio de los alimentos que se producen mientras que una de cada 8 personas se acuesta con hambre. Y más en Colombia cuando el 54% de las personas viven inseguridad alimentaria y 1 de cada 10 niños tiene desnutrición crónica. Con lo que se bota en Colombia podríamos alimentar a 8 millones de personas al año, y esto es toda la población de Bogotá u ocho Guajiras. Vale la pena hacer cualquier esfuerzo”, dice Jorge.
Básicamente la aplicación funciona gracias a la alianza con la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia y otras fundaciones. Allí se conectan los donantes y beneficiarios de acuerdo a posición geográfica, características de los alimentos, los puntos donde se pueden rescatar los alimentos y características de las poblaciones que se van a beneficiar con la donación (madres lactantes, niños, ancianos, etc). El programa que está alojado en la nube hace el ‘match’ perfecto entre el donante y receptor de acuerdo a los datos suministrados y a las características antes mencionadas. Así se gestiona rápidamente la recogida de la comida que está próxima a perecer para que sea consumida cuando aún está en condiciones óptimas.
Cuando la empresa inició realizaron un producto mínimo viable testeado en el mercado con Grupo Éxito, en Bogotá y Medellín, en el que conectaron 34 puntos de venta con 44 fundaciones en esas dos ciudades.
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“Con el COVID-19 nos vimos obligados a lanzar la plataforma en todo el país y extenderla de manera acelerada. En tres meses pasamos a conectar 1.700 puntos de la industria de alimentos, tanto retail como restaurantes. De 40 fundaciones ya tenemos conectadas casi 2.000 y estamos presentes en 230 ciudades y municipios de Colombia”, cuenta Correa.
En este momento la empresa lleva un acumulado de 4 mil toneladas de alimentos rescatados que representan 9’500.000 platos de comida. Además, esta operación ha evitado que 24.000 Kg de CO2 sean liberados al medio ambiente.
“A cada donante siempre le mostramos cual es el impacto económico y social de la operación y así validamos nuestra hipótesis de creación de valor”, dice Jorge.
EatCloud, el emprendimiento que está evitando el desperdicio de toneladas de comida en Colombia
Además del costo social, botar la comida cuesta mucho dinero
Resulta que para las empresas también es más económico donar la comida que hacer todo el procedimiento de disposición de desperdicio. El problema es que casi no lo hacen por temor a perder el control de su mercancía y que sea revendida, o que dejen vencer los productos, los reetiqueten, y los comercialicen en el mercado negro.
Sin embargo, EatCloud proporciona un ambiente de donación seguro y controlado en el que se sabe exactamente a qué población van dirigidas los alimentos y su tiempo de consumo.
Según Jorge Correa, se estima que por cada tonelada de alimentos producida en Colombia la industria paga entre $60.000 y $1.000.000 en gastos por botar desperdicios. En cambio, gracias a EatCloud, apenas con un 20% de ese porcentaje, ellos hacen la labor de rescatar la comida y llevarla a personas que la necesitan. Además, las empresas reciben beneficios tributarios importantes al hacerlo. Se trata de una decisión que es estratégica para las compañías.
“Cuando un alimento se baja de una góndola en un retail, por ejemplo, lo llevan a la trastienda. Lo bajan en muchas ocasiones siendo un producto apto para el consumo, le puede quedar una semana de fecha de vencimiento. También los productos pueden tener averías en los empaques, y por eso ya no cumplen con un estándar de calidad. De la trastienda los llevan a un centro de distribución donde queda varios días mientras lo recoge una compañía a la que le pagan por botar esa comida, mediante un proceso auditado. Generalmente cuando llegan a recogerla la comida ya está descompuesta”, explica Correa.
En sus planes a mediano plazo, EatCloud planea expandirse al continente latinoamericano.
“Nos estamos preparando para hacer una primera fase de expansión en América Latina en marco de una convocatoria de expansión de negocios digitales que sacó el Gobierno y estamos ad portas de lanzar una primera ronda de inversión para llevar el modelo a otros mercados. Hemos sido muy minuciosos en hacer soluciones estándar que cumplan con requerimientos universales en términos de tecnología para que esto pueda llevarse a cabo”, cuenta Correa.
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