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Así mataron a Álvaro Gómez, según las Farc

El crudo relato sobre la muerte del exministro que toma un nuevo giro

El senador Julián Gallo, del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), se atribuyó la planificación y ejecución del asesinato del líder conservador y excandidato presidencial Álvaro Gómez Hurtado, crimen perpetrado en 1995 en Bogotá y que la antigua guerrilla asegura haber cometido.

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«La orden la dio el secretariado y la recibí de Jorge Briceño (alias «Mono Jojoy», jefe del ala militar de la guerrilla), que era el comandante a quien yo le atendía órdenes. Esa orden se transmitió a través mío y la ejecutó un comando de cuatro personas de la Red Urbana Antonio Nariño», dijo Gallo en una entrevista con el diario El Espectador.

Según explicó, las cuatro personas que supuestamente perpetraron el crimen están muertas y aseguró que, «por coincidencia», cuando Álvaro Gómez Hurtado fue asesinado, el 2 de noviembre de 1995, él se encontraba con el «Mono Jojoy» en el departamento selvático del Guaviare.

«Me habían llamado a reunión del Estado Mayor del bloque Oriental (de las FARC), nos estábamos concentrando para desplazarnos a un encuentro con Manuel Marulanda (fundador de la guerrilla). Ahí supimos que se había cumplido la orden que se había dado», dijo.

La declaración del hoy senador se conoce después de que los antiguos integrantes del Secretariado de las FARC se atribuyeran el sábado el asesinato del político en un comunicado enviado a la Justicia Especial para la Paz (JEP), a la que deben contar la verdad sobre los crímenes cometidos en el conflicto armado si quieren recibir los beneficios que prevé el acuerdo de paz de 2016.

Álvaro Gómez Hurtado, hijo del expresidente conservador Laureano Gómez (1950-1951), fue tres veces candidato presidencial, embajador en Estados Unidos, representante a la Cámara y senador y uno de los tres presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente que redactó la Constitución de 1991, vigente en el país.

HIPÓTESIS SOBRE EL CRIMEN

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La revelación de la FARC ha causado revuelo en el país porque a lo largo de 25 años las investigaciones del magnicidio, declarado crimen de lesa humanidad por la Fiscalía, apuntaron a otras direcciones y nunca se planteó que la guerrilla fuera la autora del crimen.

El asesinato se produjo en un periodo de gran agitación política en Colombia, por entonces inmersa en el escándalo del llamado «Proceso 8.000» por la supuesta financiación del Cartel de Cali a la campaña electoral del presidente Ernesto Samper (1994-1998), del cual Gómez Hurtado era un severo crítico.

Samper, del Partido Liberal, ha sido señalado por la familia de Gómez como responsable del homicidio, por el que fueron investigados varios funcionarios del Gobierno de la época, entre ellos el entonces ministro del Interior Horacio Serpa.

Otra hipótesis tejida a lo largo de los años es que Gómez fue asesinado por negarse a hacer parte de una conspiración que buscaba sacar a Samper del poder, como lo aseguró en febrero de este año el mismo expresidente en una comparecencia voluntaria ante la Comisión de la Verdad, en la que reconoció que pese a que el líder conservador era su rival político, también era su «amigo personal».

Al respecto, el senador Gallo manifestó en la entrevista que en este caso resultaron implicados miembros del Ejército porque «alrededor del sitio había un carro o una operación secreta de inteligencia y ese primer indicio, que es una coincidencia, llevó a que, en medio del ambiente político tan caldeado, se tejieran interpretaciones por parte de los organismos de inteligencia».

«Ellos se casaron con esas conclusiones y se dedicaron durante 25 años a probar esas conclusiones, invirtiendo el proceso de investigación», aseguró.

ASESINOS MUERTOS

Para el senador del partido FARC, los guerrilleros «que participaron en el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado fueron asesinados por la Policía».

«Creo que ahí lograron establecer los hechos, pero como los mataron, al Estado le tocó callarse. Ante el asesinato y la barbarie que cometieron con los compañeros intentaron ocultar esos hechos y desviaron la atención», aseveró.

Al ser preguntado sobre qué consecuencias puede tener esta declaración sobre su futuro como senador y para el acuerdo de paz, Gallo aseguró que «no tendría sentido» que se cuestionara lo pactado.

«Esperamos que se entienda que nosotros llegamos al Congreso producto del acuerdo de paz, como reconocimiento de nuestro alzamiento armado. Hicimos dejación de armas a cambio de participación política», aseguró.

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