En un velero de 11 metros Agustina ‘Tati’ Besada emprendió en 2018 una travesía por el océano Atlántico que duró seis meses, todo con el fin de dar cuenta de la contaminación por plástico que hay en mar y en sus comunidades aledañas. “No se puede pretender que el plástico que tiramos a la basura se va a reciclar”: Agustina Besada.
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Su trabajo por desplatificar al mundo, que lleva a cabo a través de una organización que denominó Unplastify, en la que trabajan siete mujeres para educar a niños y jóvenes sobre la necesidad de evitar este dañino material, la ha llevado a ser reconocida por NatGeo cono una de sus exploradoras, entre muchos otros reconocimientos internacionales.
Besada participó hace algunos días en Bioweek, el evento digital sustentable más grande de Latinoamérica, en el que habló sobre la visión de querer cambiar la relación de los humanos con el plástico y la importancia de implementar programas educativos, así como del activismo.
En el marco de este evento, la exploradora habló con PUBLIMETRO sobre los retos que existen en la sociedad para evitar el consumo desmedido del plástico.
¿Qué fue lo que más la impresionó en su viaje de ida y vuelta por el océano Atlántico?
Hubo momentos de disfrute y otros de riesgo, como una tormenta que me asustó mucho en la costa de África. El desafío físico y emocional cruzado con lo que nos encontramos, que era plástico en cada muestra que tomábamos, unos imperceptibles y otros enormes que nos pasaban por el lado, me marcó mucho. Me hizo darme cuenta de que cuando uno tira a la basura un material que tarda cientos de años en degradarse, este no desaparece, en algún lugar termina, muy pocas veces se recicla y no podemos pensar que eso va a pasar.
¿Cuál es el problema de la relación que las personas tienen con el plástico?
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El problema en sí no es el material, es el mal uso y el abuso que le damos. Si nos ponemos a pensar, cada uno de nosotros, en promedio, usa y genera residuos plásticos de 50 kilos por año, y eso es una locura. Y si nos ponemos a reflexionar la cantidad de plástico con la que interactuamos en la vida cotidiana, desde el momento en que nos levantamos, nos damos cuenta de que estamos completamente rodeados. Es un material que en un momento revolucionó para bien la manera cómo nos desarrollabamos, pero que hoy estamos usando de manera tan excesiva y en usos que no tienen sentido. No hay que olvidar que es un material prácticamente indestructible que tarda cientos de años en descomponerse, cuando solo lo usamos un rato y luego lo tiramos. Esa es la lógica que hay que cambiar.
¿Cómo ve el tema de la producción de empaques biodegradables?
En algunos casos hay materiales biodegradables que se presentan como una solución, en otros, en realidad complejizan el tema, pues parecen ser una solución y no lo son. Una de las cosas importantes en las que hay que pensar es que el reciclaje no es la solución. Las tasas de reciclaje son realmente muy bajas y no podemos confiar que eso va a solucionar este problema. Lo mejor que podemos hacer es prevenir y evitar los plásticos de un solo uso que no necesitamos realmente. La manera de hacerlo es a veces reemplazándolos por biodegradables o simplemente no usándolos, o cambiarlos por reutilizables.
¿Cuál es la clave para reciclar a gran escala y los errores que se comenten al hablar de este tema?
Bueno, ahí está el primer error. Lo que queremos no es reciclar a gran escala, lo que queremos evitar el uso de plástico. No hay un incentivo real para que haya una demanda de material reciclado secundario. No hay un sistema que pida estos insumos que las fábricas de reciclaje producen, entonces hay un sistema tratando de producir un bien que nadie quiere comprar o que sale más caro que el material virgen. Y más allá de eso, existen dificultades tecnológicas y de diseño de producto. Claramente el reciclaje es un mundo, pero no es la solución. Lo que nosotros proponemos es atacar al problema de raíz y repensar el consumo y diseño de los productos y los materiales.
¿Qué acciones puntuales deben ocurrir en la sociedad para evitar el consumo de plástico?
Hay tres soluciones fundamentales que se tienen que dar de manera paralela para generar un cambio sistémico permanente. Por un lado, están las alternativas de producto o los cambios en las operaciones, que tiene que ver con la cuestión más operativa. Punto dos, un cambio cultural, cambio de hábitos y de conciencia y el generar cambios en la vida cotidiana. Y lo tercero son las nuevas normas, el cómo podemos enseñar nuevas políticas que sistematicen esta nueva visión de relacionarnos con el plástico y que transiciones se necesitan. Una política pública tiene que acompañar una transformación de la industria. Estas políticas también se pueden instaurar a pequeña escala, en nuestras casas u oficinas o el entorno en el que nos desenvolvamos.
¿Cuál es la mejor manera de hacer activismo en pro de la desplatificación?
Es importante informar y educar. En Unplastify invertimos mucho en eso. Tenemos una científica en el equipo que se dedica a traducir la ciencia en un idioma amigable para todos, para que podamos acceder a este conocimiento y poder accionar desde ahí. Y la acción es fundamental. Siempre vemos cómo todo se puede transformar en acción. La pregunta siempre es cómo uno puede incidir en ese cambio y eso tiene que ver con el activismo y amplificar los cambios en la comunidad, no quedarnos solo con usar la bolsa reutilizable para ir al mercado. Está bien el cambio individual, pero hay que hacer que sea fácil para otros.
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