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¿La monogamia está sobrevalorada? Así funcionan las relaciones abiertas

El tipo de relación que tiene Brad Pitt con su novia ha sorprendido a miles, pero de hecho, estudios muestran que el poliamor no es tan pernicioso como se cree.

Cada vez que hay noticias de que un famoso tiene una relación de más de dos plenamente consentida, hay escándalo: pasó con Jada Pinkett Smith y la relación que tuvo con el rapero August Alsina mientras se daba un tiempo con Will Smith. Y ahora con Brad Pitt y su nueva pareja, Nicole Polturaski, casada y con un hijo. ¿La monogamia está sobrevalorada? Así funcionan las relaciones abiertas

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Choca aún en una sociedad occidental donde el modelo de monogamia ha triunfado y donde se suele ver el poliamor como un generador de relaciones tóxicas, nada igualitarias y donde prima el poco compromiso. ¿Por qué, si el tema se lleva estudiando y practicando desde hace varias décadas, sigue generando la misma ampolla? 

¿La monogamia está sobrevalorada? Así funcionan las relaciones abiertas

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“Desde siempre fue más normado y aceptado el tema de tener una sola pareja.  La monogamia es una construcción socioeconómica que aprendimos muy bien en nuestros sistemas para proteger un tema patrimonial. Hay personas que se definen como monógamas, pero esta es una creación para la protección de salud y económica, porque si fuéramos parejas de todos, nuestra especie habría tenido que soportar enfermedades y era más fácil controlar con las parejas si hablamos de enfermedades de transmisión sexual.»

«Si hablamos de sentimientos, se ha desarrollado un amor monógamo que ha triunfado en nuestra cultura, pero no quiere decir que el poliamor o que otros tipos de formato de pareja, que hay infinitos, no sean válidos. Hay personas que luego de monogamias estrictas piensan en modelos más liberales para explorar. Y también hay sociedades que no son monógamas históricamente, pero en este contexto es para relajar un modelo que se ha quedado estrecho. Y en las nuevas generaciones es más visible y las etiquetas se han caído por la igualdad y los movimientos sociales que tenemos ahora”, explica a Metro María Pasión, especialista en parejas, afincada en Madrid.

Ahora bien, un estudio de la universidad de Guelph de 2018 que entrevistó a más de 140 personas que practicaban el poliamor comparada con más de 200 en relaciones monógamas, mostraba que para algunas personas este modelo de relación era tan beneficioso como para los felices con la monogamia.

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Una relación consensuada y abierta a más personas y con reglas (tal y como lo define Psychology Today) es satisfactoria a nivel emocional y sexual para los involucrados. Y para esa época, entre el tres y siete por ciento en Norteamérica estaban en una relación así. También, claro, recalcaban el estigma social. 

¿Alguien quiere pensar en los niños?

Por otro lado,  aunque esos prejuicios en algunas sociedades parecen desvanecerse, como menciona Elizabeth Sheff, autora de “Los Poliamorosos de al lado” y estudiosa del tema en Estados Unidos –quien también menciona cómo este tipo de relaciones en algunos estados se han vuelto válidas para la ley– también menciona que en sus estudios de más de 20 años de familias poliamorosas con hijos se enfrentan al estigma de que estas relaciones son malas para los niños y destructoras de familias.

“Este modelo de familia también permite que sean amorosas, sanas y aunque no son perfectas, como los otros modelos, no implica que las primeras tengan alguna desventaja ante la sociedad”, mencionaba en su reporte de Psychology Today. Esto, claro, donde son importantes las reglas establecidas en la relación y en donde los celos y la inseguridad estén desde el principio delimitados. 

Asimismo, otro cuadro para el imaginario del poliamor y las relaciones abiertas es que, aparte de que “se acuestan con todos” (que no va a ser así), estas también enfrentan el prejuicio cultural , colonialista y exotizante de sociedades árabes y africanas donde un hombre tiene varias esposas, o, como pasa en algunos lugares de Norteamérica, estas relaciones están mediadas por la religión.

Pero Sheff lo deja claro: en el contexto donde se da el poliamor, sobre todo en las sociedades occidentales no mediadas por tradiciones culturales desiguales o por la religión, los integrantes de las relaciones están en las mismas condiciones.

Pero, ¿qué pasa si todo se arruina, como les sucede a otras personas? 

El campo minado de los acuerdos consensuados

“Lo importante es que si vas a elegir hacer algo, piensa en las consecuencias que eso puede traer para tu pareja y para los que te rodean, porque a ese nivel no solo puedes pensar en el placer momentáneo”, explica Pablo Monsalve, sexólogo, conferencista y mágister en psicología clínica de la Universidad Areandina. “Esta bien, puedes explorar lo que tu desees, pero antes que eso, piensa muy bien lo que va a traer a futuro”, afirma el profesional. Porque como en todas las relaciones, este modelo se puede fracturar si las personas no tienen en claro cómo van a manejar su relación en este nivel.

De hecho, ya en los años ochenta, Philip Blumstein y Pepper Schwartz mostraban lo que podían hacer estos acuerdos en un matrimonio y los daños que podía traer, tal y como lo registraron con testimonios en su libro “American Couples: Money, Work and Sex”. 

Ahí se mostraba que, si bien para algunas personas el modelo de poliamor o matrimonio abierto brinda nuevas formas de querer, para otras parejas puede ser una forma de destruir todo lo que tenían en común. 

Como siempre, no es un camino de rosas: “Pero para que funcione, deben de tener un consenso. De nada sirve que vayamos a prácticas abiertas donde él es el que quiere y ella no y viceversa. Ahí se puede fallar. Pero si están contentos, en pleno dominio de facultades y voluntariamente, es gratificante para los dos. Pero no se puede hacer obligado, ni coaccionado ni presionado. Las parejas se abren para ganar experiencias, que empiezan en lo sexual, aunque pueden escalar a otros órdenes. Ahora, todo entraña sus riesgos: la pareja se rompe porque un extremo es liberal y otro no. Y ahí una de las partes se encuentra a disgusto y esto es un problema, evidentemente, si no te han avisado como es, resulta complejo. Es cierto que tampoco te preparan para tener este tipo de experiencias,  y la primera de ellas es compleja, para quien sea”, aclara María Pasión. 

Quizás las relaciones de tres, como la de Brad Pitt, sigan causando escándalo, durante mucho tiempo, en una sociedad orientada por siglos hacia la monogamia. Pero los acuerdos implícitos entre los involucrados, como todo asunto privado, terminan solo siendo asuntos de ellos. En eso radican las nuevas formas de pareja: en pensar más allá de los esquemas establecidos.

2 preguntas a…

María Pasión, especialista en parejas

¿Está la monogamia sobrevalorada? 

–Posiblemente sí, como todas las personas que conoces y conocemos se definen como monógamas en un noventa por ciento. Sería raro que todas las personas dijeran que es el sistema más aprovechable para la voluntad humana.

La monogamia la tenemos aprendida y hay muchas personas que no encajarían en ella, pero que lo cumplen por requisito social u otros factores. Ahora, si hay personas que deciden que no serán monógamas, hay otras que se engañan diciendo que toda la vida lo serán. 

Un infiel de toda la vida no es monógamo: es un monógamo arrepentido de serlo. Es un monógamo encorsetado en una monogamia incapaz de seguir pero el sistema le dice que  ha de estar casado y ha de tener un núcleo de una sola persona y este buscará las alternativas para remediar esto. Y esto no es bueno ni malo, es sencillamente así.

¿Qué beneficios y contratiempos ve en la creación de estos modelos de pareja?

–Entre los beneficios están que la pareja encuentra esa libertad, esa apertura mental, física, emocional. Gana satisfacción al mover sus límites y ambos encuentran experiencias satisfactorias y escalables. Porque si lo haces y te gusta, es difícil que como pareja te abras una noche, salvo que una de las dos partes no esté de acuerdo. Se puede entrar en una dinámica más abierta si en ese contexto los dos ganan y disfrutan bastante, tanto como con los intercambios, sexo en grupo, lo que les parezca bien. Es importante definir lo que les interesa. 

Ahora, es difícil si una de las partes se encuentra a disgusto. Como todo en la vida, si manejas bien la primera experiencia, puede ser gratificante. Si no, un desastre a nivel  emocional y de confianza. Si no confías en que lo que le das a tu pareja no lo goza como con otro y no quieres ver eso, vas a tener una mala experiencia. Es mejor planificar cómo puede llegar a ser. Esta experiencia será novedosa para ambos cuerpos, y la gratificación o el desencanto se vivirá luego de la experiencia. Es importante hablar de ello y eso va en grados y contextos.  

 

Aclaraciones de terminología

  1. Pareja abierta: Pareja establecida donde se permiten aventuras/relaciones, con otro involucrado. Se puede llegar desde las aventuras establecidas hasta el poliamor.
  2. Poliamor: Relación non-monogámica donde se involucran consensualmente las personas involucradas. Estas pueden ir desde la polifidelidad (solo se puede tener sexo con las personas involucradas), pasando por las relaciones jerárquicas (una persona puede ser secundaria ante otra) o relaciones geométricas (trieja, cuadra, etc.)

 

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