Camilo Andrés Morales, de 19 años, murió en Palmira (Valle del Cauca) luego de que el patrullero Harold Alexis Montoya le disparara perdigones con una escopeta.
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El hecho ocurrió en septiembre del año pasado, pero esta semana se tomó una decisión judicial con respecto al caso del uniformado, que ha permanecido apartado de su cargo.
Según el dictamen de Medicina Legal, el joven tenía heridas en el tórax «comprometiendo órganos vitales como el corazón y los pulmones». Otras dos personas resultaron heridas en el mismo procedimiento.
Así ocurrió
Las investigaciones indican que una radiopatrulla de la Policía estaba persiguiendo al joven Morales, quien se desplazaba en una moto porque, al parecer, portaba un arma de fuego y estaba violando la medida de casa por cárcel por el delito de hurto.
«Habría llegado e ingresado a su casa. Posteriormente habría salido a la puerta a atender a los uniformados, quienes al parecer lo ingresaron a la fuerza a la radiopatrulla, pese a la protesta de familiares y vecinos», indicó la Fiscalía.
En el vehículo ocurrió un intento de escape. En ese momento, a dos metros de distancia, el patrullero le habría disparado hasta causarle las lesiones mortales.
El juez penal le dictó medida de aseguramiento consistente en detención preventiva en su lugar de residencia y le imputó cargos por presunta responsabilidad en el delito de homicidio agravado en modalidad de dolo eventual. El policía no los aceptó.
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