Muchos bogotanos se preguntan hoy qué pasó con los perritos que estaban en los CAIs destruidos en protestas del 9 de septiembre.
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Decenas de manifestantes que reclaman justicia en el caso del abogado Javier Ordóñez, que murió tras ser víctima de la violencia policial durante un arresto en Bogotá, se enfrentaron este miércoles con la Policía en la calle donde estuvo detenido antes de ser llevado a un hospital
Al grito de «asesinos, asesinos», unas 300 personas, en su mayoría jóvenes, lanzaron piedras, pintura y otros objetos contra el Comando de Acción Inmediata (CAI) del barrio Villaluz, en el oeste de Bogotá, al que estaban asignados los dos policías implicados en el hecho.
Pues los disturbios que se extendieron a varios puntos de la ciudad, también terminaron afectando a los perritos.
Una de las historias para destacar es la de la teniente Lina Cristancho, comandante del CAI Oneida, en Kennedy destruido en las protestas del 9 de septiembre y cómo salvó a Mona.
Mona es una perrita criolla que adoptaron los policías del CAI a la que le dieron oportunidad de vida con casa y alimentación.
Hace más de un mes la perrita está con los policías, que patrullan las calles de Kennedy.
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Sin embargo, la noche que se vivió de disturbios, en donde el CAI fue destruido, generó preocupación en la comandante, pues sabía que la perrita estaba allí.
«Hacía las 7:00 de la noche, cuando ya habían quemado el CAI de Techo, fuimos corriendo para sacar a Mona y tenerla segura», cuenta la teniente.
La mujer sacó a la perrita y la llevó a un lavadero cercano para que la cuidaran mientras patrullaba el sector, en medio del caos.
Ayer sentí mucha angustia y más verla que movía la colita (alterada). Aproximadamente a las 7:00 p. m. llegué con un grupo de motos al CAI a sacar elementos y a Mona, porque teníamos info de que iban para el CAI Oneida y ya habían quemado el de Techo», cuenta la teniente que sacó a Mona de las calles.
Sobre los hechos que hoy enlutan al país, asegura que no todos los policías son malos y que no son asesinos, pues no buscan salir a matar.
«Me duele la muerte de Javier Ordóñez. Yo le quiero decir a la gente que los buenos policías somos más. Siempre estaremos dispuestos a arriesgar nuestras vidas no sólo por los seres humanos si no también por nuestros amigos fieles como es el caso de nuestra Mona», afirma la teniente que ha cuidado de Mona y que la reporta como feliz y tranquila.