Daniel Isaza es un joven de 23 años de edad, miembro de la Corporación Síndrome de Down. Fue a través de esta institución que consiguió trabajo como Gestor de la Felicidad, en Daimler Colombia, una reconocida multinacional del sector automotor. Trabajar como Gestor de la Felicidad, el premio de tener habilidades diferentes.
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“Soy un muchacho con muchas cualidades. Conseguí este trabajo mediante un proceso de selección que duró tres días, hasta que me contrataron”, comenta Daniel lleno de alegría. Lleva un año trabajando en la compañía y durante este tiempo se ha robado el corazón de todos sus compañeros, a quienes alienta todo el tiempo a ser felices, incluso en este tiempo de pandemia.
“Todas las mañanas saludo, reconozco el esfuerzo que hacen mis compañeros de trabajo, doy felicitaciones a través de la plataforma de reconocimientos. Hago pausas activas, incluso virtualmente, hago tarjetas de cumpleaños personalizadas”, cuenta Daniel tratando de enumerar las varias tareas que tiene a su cargo dentro del departamento de Recursos Humanos de la empresa.
“Lo que más me gusta es dar felicidad a mis compañeros, y también bienestar, sobretodo a mi jefe”, comenta.
Carolina Ortega es la gerente de Recursos Humanos de Daimer Colombia y jefe de Daniel, y admite que lo mejor de trabajar con él es su positivismo y manera de ver la vida.
“Cuando estamos en la oficina se maneja mucha presión. Si de pronto un directivo está estresado Daniel reacciona de manera muy transparente e interviene y dice -oye cálmate que la vida es para ser feliz, ustedes tienen que ser felices porque ese es mí trabajo-. Con este tipo de comentarios deja a cualquiera desarmado”, dice Ortega.
La gerente admite que al principio sentían incertidumbre y que por eso el contrato inical era por seis meses. “No sabíamos cómo era la dinámica o cómo Daniel iba a recibir las actividades que tenía que hacer, pero la acogida fue tan buena y las personas fueron tan abiertas que se decidió extender el contrato por muchos más meses”, dice Ortega.
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Trabajar como Gestor de la Felicidad, el premio de tener habilidades diferentes
Para Daniel y su familia esta ha sido una experiencia extraordinaria porque Daniel ha podido desarrollarse en el ámbito profesional y personal, y ahora es una ayuda extra para la familia.
“He forjado mucho mi personalidad, este trabajo me ha significado ser una persona más madura (…) Fue difícil hacer algunos ajustes porque no puedo dar abrazos y besos”, dice Daniel, a quien también le costó, como a todos, adaptarse al teletrabajo en medio de la pandemia, sobre todo porque su trabajo era de mucho contacto con las personas.
La acomodación de Daniel al trabajo ha sido como la de cualquier persona que trabaja en una organización que cambia constantemente, pero ha sabido hacerle frente a las modificaciones y aprender nuevamnte los procesos.
“No tuvimos que adaptar nada dentro de la organización. Daniel maneja a la perfección los sistemas. Maneja muy bien excel, organiza todas las actividades, de hecho maneja la plataforma mejor que yo. Lo único que tuvimos que adecuar un poco fue su inducción porque la empresa se rige mucho por un tema de protección de datos y compliance, un material que de por sí es pesado para cualquier persona. Tuvimos que transformarlo de manera más entendible para Daniel, pero no fue una tarea difícil”, cuenta Ortega.
“Esta experiencia, calificada de 1 a 10, es un 11. Todas las aptitudes y conocimientos que se adquieren al trabajar con una persona con Síndrome de Down son muy enriquecedoras. Ellos no son discapacitados, ellos tienen habilidades diferentes que nosotros a veces no podemos entender porque nuestro día a día nos lleva muy rápido”, dice Carolina.
“Queremos enseñarle a otros grupos empresariales que no tienen que tener miedo a contratar personas con habilidades diferentes. Al principio también teníamos esa barrera pero realmente los beneficios que trae al equipo de trabajo son muy grandes. Además es bueno sentir que se le está dando la oportunidad a alguien que lo necesita para su desarrollo profesional y personal”, agrega.
La empresa no descarta contratar a más personas como Daniel. Este año tenían planeado darle la bienvenida a otro joven de la Corporación Síndrome de Down para que apoyara en el área de compras, pero tuvo que postponerse por la pandemia.
“Nosotros somos personas, que no somos especiales, pero sí tenemos diferentes habilidades y cualidades. Sé que también tenemos algunos defectos pero con apoyo de nuestra familia sé que podemos superar esas barreras para entrar a trabajar en una empresa”, dice Daniel.
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