Rosamira Guillen nunca se imaginó que iba a ser el rostro de la conservación de este curioso primate de llamativo copete blanco, pero la primera vez que vio uno, la dejó “flechada” de por vida. Rosamira Guillen, la defensora del mono Tití Cabeciblanco.
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Eso ocurrió en el zoológico de Barranquilla, por azares del destino. Después de haberse capacitado como arquitecta y haber obtenido una maestría en Arquitectura Paisajista de la State University of New York, Guillen fue contratada para diseñar e implementar un plan maestro de remodelación para el zoológico de Barranquilla. Nunca se imaginó que este pequeño primate la haría quedarse en su tierra natal y convertirse en activista por la conservación.
En el 2001 terminó a cargo de la dirección del zoológico, así que aprovechó para centrase en resaltar la existencia de esta especie, que es endémica del norte de Colombia, y lo tomó como ícono de la importancia de la conservación del medio ambiente.
“Me pareció sorprendente que nadie conociera una especie que solo está aquí en el Caribe. Que nadie te hablara en el colegio, porque aquí en Colombia nuestras especies no están en el imaginario de la gente (…) No puede ser que uno no esté conectado con su región, con su cultura, con su naturaleza y biodiversidad”, dice Rosamira Guillen.
Tras esto, Rosamira se unió a la Fundación Proyecto Tití, que ya existía desde 1985. Desde entonces no ha parado de trabajar en pro de este monito que se encuentra amenazado principalmente por la pérdida de su hábitat y la caza para tenerlos como mascota.
“Muchas personas recordarán que hace unos 10 años se quería construir un aeropuerto entre Barranquilla y Cartagena, pero eso iba a acabar con el hábitat de este mono. Ahí se dio una oportunidad de dar a conocer esta especie”, cuenta Guillen.
Par ella, evitar la construcción de este aeropuerto ha sido uno de sus mayores logros, así como haber logrado la conservación de 5.400 hectáreas de bosque en áreas protegidas públicas y privadas. Fue gracias a la “cantaleta” de la Fundación Proyecto Tití que lograron que este mono fuera catalogado como una especie en peligro crítico y llamar la atención del Gobierno y de entidades que han brindado apoyo económico para apoyar su conservación.
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Rosamira Guillen, la defensora del mono Tití Cabeciblanco
El Tití habita en los bosques secos tropicales del Caribe colombiano, entre el Atlántico y el Urabá antioqueño. Viven en los “estratos altos” del bosque, dice Guillen, y consumen muchas frutas estacionales. “Cuando defecan la semilla ya está lista para germinar y de esta manera mantienen el bosque. Además, son polinizadores, porque les fascina chupar el néctar de las flores. Se les llenan los pelitos de la cara de polen y cuando van a otra planta ayudan a ese proceso natural. También consumen insectos, así que ayudan a controlar esas poblaciones”, explica Guillen.
Gracias a su trabajo esta barranquillera ha sido galardonada con varios premios nacionales e internacionales, uno de ellos el de Liderazgo en Conservación que otroga National Geografic. Eso ocurrió en 2017 y desde entonces ha recibido su apoyo incondicional, así como el del Fondo para la Conservación de Disney que ya lleva trabajando con esta fundación desde 2008.
“Tener una asociasión con National Geografic para mí ha sido una cosa del otro mundo. Que un proyecto y una persona esté asociada a una marca como esta ha sido muy positivo, nos han abierto muchas puertas. Tener una asociasión con el Fondo para la Conservación de Disney es una garantía para demostrar que el trabajo que estamos haciendo es serio. (…) Ser parte de las producciones audiovisuales de NatGeo es un honor y que el Tití sea resaltado en una promo o en sus redes sociales me llena de una felicidad indescriptible”, dice Guillen, quien se convirtió en exploradora de este canal.
Este sábado 15 de agosto se celebra la edición número 14 del Día del Tití Cabeciblanco en Colombia. Guillén recuerda que las primeras veces convocaba a cerca de 50 personas, que eran de comunidades cercanas, pero en los últimos años ha llegado a convocar hasta 600 personas interesadas en la conservación de este primate y de su hábitat. Esta vez, por cuenta de la COVID-19, la celebración será a través de sus redes sociales y estará enfocada en la conservación del bosque.
“Hay que trabajar porque sí se puede, así sea a una escala pequeña. Muchas experiencias se pueden aplicar para muchos contextos y para otras especies. Es rico mostrar que hay un trabajo, que hay gente, que hay aliados en esta causa y que poco a poco vamos logrando la recuperación de los bosques y estabilizar a la especie para que no se nos vaya”, dice Guillen. “Es maravilloso que hoy estemos hablando del Tití y celebremos la existencia de esta especie. Hace dos años el Tití fue escogido como mascota de los Juegos Centroamericanos y del Caribe y eso es extraordinario”, agrega.
En cuanto a si la existencia del mono Tití sigue en estado crítico no hay mucha certeza. “Eso lo vamos a confirmar cuando hagamos un tercer censo en la región. En este momento hay censados 7.000 individuos en medio natural. En el 2022 hay que hacer el tercero. Ahí vamos a ver números y evidenciar el impacto de nuestro trabajo”, afirma la conservacionista.
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