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Infotecnología y biotecnología: el impacto de estas dos revoluciones en la pérdida de empleos

Muchos trabajadores están frente a un panorama desolador con la llegada de la automatización, lo que genera una batalla entre el humano y la tecnología. ¿Cómo afrontarlo y no sentirse irrelevante frente al sistema? Consultamos a un experto.

El avance de la tecnología, automatización del trabajo, robots e inteligencia artificial pueden ser vistos desde las empresas como un beneficio, pues mejoran la rapidez, calidad y costos de bienes y servicios, pero se convierten en una gran amenaza para los trabajadores, quienes pasan a ser reemplazados y terminan perdiendo su empleo.

El Foro Económico Mundial (WEF) publicó el informe Future of Jobs 2018, que afirma que en 2025 se perderían cerca de 75 millones de empleos por la implementación de estas nuevas tecnologías, aunque darán vida a más de 133 millones de roles nuevos de trabajo, que generarían 58 millones de nuevos cargos.

Para muchos trabajadores puede llegar a ser aterrador pensar que sus funciones terminarán siendo realizadas por robots, pero esto también podrá llevar a que la demanda de un nuevo tipo de fuerza de trabajo también exija mayor preparación y se generen funciones que requieran un grado más alto de especialización.

Según el informe del WEF, se calcula que el 54% de los empleados necesitarán formación en nuevas habilidades relacionadas con tecnología, inteligencia artificial y análisis de big data, con el fin de impulsar la demanda de un nuevo tipo de trabajo y así poder convivir con la llegada de las máquinas.

La infotecnología y la biotecnología han traído grandes beneficios en el campo laboral, pero a su vez retos, riesgos y nuevas amenazas, entre ellas la pérdida de oportunidades y empleos. Mauricio Sánchez, coordinador en la maestría de Bioética y de la Cátedra Abierta de Bioética, de la Universidad El Bosque, reveló en diálogo con PUBLIMETRO, cómo estas dos revoluciones proponen herramientas disruptivas que generan beneficios y riesgos. Algunos de los múltiples riesgos generados, no solo llegarían a profundizar el tema de la explotación laboral, sino que podrían generar la irrelevancia de grandes cantidades de personas en el planeta.

“Como nos recuerda el Profesor Harari, Estamos enfrentando una nueva amenaza producida por la fusión de las revoluciones Infotecnológica y biotecnológica, a saber, la irrelevancia de las personas. Al hablar de ingeniería genética, transhumanismo, poshumanismo, algoritmos, inteligencia artificial, habeas data y big data, entre otras categorías propias de estas dos revoluciones, grandes cantidades de personas sienten que no tienen nada que ver con eso, no entienden ese lenguaje y como consecuencia, sin la preparación adecuada, probablemente puedan quedar por fuera del modelo de mercado que tenemos en la actualidad. Lo peor, es que no hay un panorama alentador, no existe aún un discurso que sea producto de un gran consenso, con el cual sea posible brindar algunas indicaciones de cómo podríamos manejar esta situación para proteger la justicia social. Siento que la bioética puede aportar mucho en esta situación”, aseguró.

Con el paso del tiempo empezamos a ver cómo la inteligencia artificial, los algoritmos, programas y software han tomado el trabajo que normalmente hacían los humanos. Estas revoluciones infotecnológicas están impactando de manera directa las dinámicas sociales, políticas, así como económicas y no todas las empresas se han tomado el tiempo de analizar qué es lo que se viene.

“Lo preocupante es que mientras nos detenemos a pensar en esto y a construir los discursos que nos permitan tener unas posiciones éticas dotadas de estructuras argumentativas sólidas para hacer frente a esta realidad, nos vamos a tardar mucho tiempo. No le estamos prestando la suficiente atención a este tema y mientras las sociedades abren los espacios para este tipo de reflexiones tan necesarias, muchos ingenieros continúan trabajando en una serie de herramientas que están cambiando el mundo en lo práctico. Con las fuerzas del mercado que van a mil, ni los ingenieros que mencionaba, ni las fuerzas económicas que actúan en este modelo, van a esperar a que otros sectores de la sociedad avancen en ese tipo de reflexiones que buscan evitar la irrelevancia de muchísimas personas en el modelo de mercado” agregó Sánchez.

El WEF estima que para 2022, el 58% de las tareas en el mundo laboral serán realizadas por humanos, cifra que para 2025 creerá que bajará al 8%, es decir, las máquinas harán más tareas que los humanos en los próximos cinco años.

Para mitigar el impacto de la pérdida de empleos, algunas empresas podrán pensar en reubicar a sus empleados en otras actividades, lo cual sería un tema de responsabilidad social corporativa que no pondría en crisis a la gente que se ve amenazada por el avance infotecnológico. Según concluye Sánchez, “deben existir campos de reflexión multiculturales, multidisciplinares y pluralistas, que le permitan a la especie humana ver de qué manera o maneras se podría dar respuesta a este preocupante panorama que se avecina”.

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