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Creación, diseño y seguridad: los retos que se vienen para los diferentes sectores

Una vez termine el aislamiento, las empresas deben estar preparadas para reorganizar su funcionamiento, enfocándose en nuevos modelos que garanticen el empleo y la salud ocupacional.

‘Reinventarse’ es sin duda un término que ha generado amores y odios en época de pandemia, muchos lo emplean, pero no todos tienen el panorama claro sobre cómo sobrellevar la vida después del coronavirus.

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La producción de bienes y servicios se ha visto muy afectada y el panorama a futuro aún no es claro. El sector educativo, por ejemplo, pasó de ser presencial a reducir sus campus a pantallas y a exigir nuevas dinámicas de parte de docentes y estudiantes.

Muchas empresas de manufactura no se dejaron ganar de la crisis y comenzaron a producir insumos que cubrían necesidades básicas de la población en época de confinamiento. La industria cultural, como la musical, cambiaron los escenarios por plataformas virtuales y los conciertos por íntimas presentaciones virtuales que se presentaron al mundo a través de redes sociales.

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Sin embargo, el desempleo ha causado estragos en el mundo por cuenta de la pandemia, solo en Estados Unidos, el cierre de fábricas, tiendas y restaurantes ha dejado más de 20,5 millones de empleos destruidos. En Colombia, durante marzo se perdieron cerca de 1,6 millones de empleos, según cifras entregadas por el Dane.

Teniendo en cuenta la profundidad del daño provocado por la COVID-19, las compañías se enfrentan a un nuevo desafío: volver a operar en medio del miedo, incertidumbre y desconfianza, adaptándose a la vez a medidas extremas de seguridad e higiene. ¿Qué tan difícil es este cambio?

Juan Pablo Salcedo, decano de la Facultad de Diseño de Comunicación de la Universidad El Bosque, reconoce que las empresas deben enfocarse a un nuevo modelo de diseño, creación, desarrollo e innovación con el fin de garantizar el mantenimiento de empleos.

“Habrá muchos cambios en la manera como construimos los productos y servicios en general y culturales en particular. Venimos de la posibilidad de enfrentarnos físicamente a experiencias, donde disfrutar, sentir placer en el contacto social eran grandes valores en la práctica de consumo. Todo esto cambió y está ahora mediado por la seguridad biológica y en el futuro se mantendrá una gran desconfianza”, aseguró en diálogo con PUBLIMETRO.

Para esto, cada empresa deberá hacer un análisis e intervenir en el diseño y arquitectura, creando áreas de trabajo renovadas, que garanticen la salud de sus empleados. Quienes sigan operando de manera virtual deberán hacer diagnósticos de ergonomía de los puestos de trabajo para saber dónde están y cómo se ubican sus empleados en ellos y así, poder intervenir activamente para cumplir con las condiciones requeridas para la salud ocupacional y el buen desempeño.

“Tendrán que surgir nuevos espacios laborales, probablemente dispersos y lógicas de movilidad urbana distintas. Por ejemplo, en el caso de las universidades, sé que el transporte público es problemático. ¿Qué pasaría si en lugar de contar con a un campus, se hicieran una serie de puntos de encuentro en la ciudad para llevar a cabo distintas actividades compartidas, respetando la distancia social, con el fin de disminuir el gran flujo de profesores y estudiantes que representa un riesgo para todos? Hay que pensar en ideas e intervenir en técnicas laborales desde la salud ocupacional, hasta aplicaciones de ergonomía y diseño universal, para poder adaptar los puestos de trabajo a distintas circunstancias individuales y ser más inclusivos”, agregó Salcedo.

Aprovechamiento virtual

Con la llegada de la crisis, muchas empresas descubrieron lo que alguna vez creían imposible hacer de manera digital, lo cual puede ser aprovechado como una oportunidad de crecimiento, pues se están enfrentando a nuevos mercados y clientes que antes no tenían contemplados. Pero no todo puede hacerse de manera virtual, porque hace falta el contacto con las personas y el relacionamiento. Para esto, hay que adaptar los formatos de oficina, los tipos de atención y pensar más de cara a las personas.

“En este momento hacemos mercado a domicilio, pero sabemos que todos los procesos hasta que llega a la puerta de nuestra casa requieren de mucho contacto físico. Así que, con los riesgos que implique y las dificultades del momento, todos estos procesos tendrán que mejorarse materialmente y articularse con el universo digital para ser más eficientes y seguros, estas son oportunidades de desarrollo e innovación. Habrá actividades que desaparezcan, otras nuevas surgirán, este es un escenario de destrucción creativa y obliga a adaptarse, así no sea fácil esa transición”, concluyó Salcedo.

Si nada vuelve a ser como antes después del coronavirus, ¿por qué no hacer que sea mejor?

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