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El jaguar y el puma: reclaman territorio y autoridades median conflicto en la cuarentena

Debido a que el mundo paró su ritmo la fauna ha tomado espacios que antes le habían sido negados por los humanos. Expertos explican el fenómeno. Los felinos han dejado sus huellas en poblados en el Magdalena y La Guajira.

Cuándo los pobladores de la vereda Buenos Aires, cerca de Santa Marta, comenzaron  a notar que sus animales domésticos y aves de corral comenzaron a desaparecer sin explicación iniciaron una búsqueda. El jaguar y el puma: reclaman territorio y autoridades median conflicto en la cuarentena.

Sin embargo, jamás pensaron que el depredador de los bosques, fuera el felino más grande de América.

Autoridades de Corpamag registraron la presencia de una hembra jaguar con dos de sus crías, que habían sido vistas durante la cuarentena, en una zona, medianamente poblada.

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En la zona existen áreas de reservas forestales con bosque seco tropical en buen estado de conservación que hacen parte del corredor del jaguar en Magdalena. Entre ellas Jolonura, Tinajas y Palangana y otras como Mamancana, Colibrí del Sol, Cerro Seco, Kalashe Kalabia y Palangana.

Durante la visita, realizada por el veterinario de Corpamag  a los cuatro predios donde se produjo la denuncia registraron que los jaguares estuvieron alimentándose de algunos animales domésticos, entre ellos perros y gallinas.

En estas zonas por tres años consecutivos Corpamag ha recibido reportes y brindado acompañamiento a las comunidades para guiar hacia la coexistencia con la especie y evitar los conflictos entre la naturaleza y los humanos.

“Este momento difícil estamos viviendo ha representado un cambio muy importante para la fauna silvestre en la cuarentena. Tenemos animales silvestres que se han aventurado a ciertas zonas donde usualmente había personas y que por supuesto las especies encuentran unos espacios para volver a ocupar estas zonas”, dijo José F. González Maya, director científico de PROCAT Colombia, que es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la investigación y conservación de especies y ecosistemas, incluyendo el componente humano.

Actualmente PROCAT Colombia trabaja con Corpamag, la autoridad ambiental del departamento, para hacer seguimiento a estas especies.

La madre jaguar ha encontrado potenciales presas que usa para enseñar a  sus crías a cazar y subsistir. Los jaguares se alimentan en la noche, por esta razón  los animales domésticos y de compañía deben dormir resguardados.

¿Qué pasa cuando no hay jaguares?

La presencia del felino con sus crías, representa una buena noticia para la protección de la especie.

El jaguar se encuentra en peligro crítico de extinción y es el depredador tope más importante en este territorio.

De acuerdo a los expertos si está especie se extingue, las poblaciones de sus presas naturales van a aumentar y podrían convertirse en plagas. Así como ocurrió en el año 2014 en el corregimiento de Siberia, municipio de  Ciénaga, en la Sierra Nevada.

Cormagdalena documentó cómo zorros y roedores causaron grandes daños en los cultivos de pancoger, luego de que fuera cazado un jaguar que había atacado un burro en la comunidad.

“Desde hace muchos años estamos tratando de intentar explicar qué pasa con estas especies. Dónde viven y qué pasa con ellas”, afirmó Diego Zárate, coordinador de investigación de PROCAT Colombia.

Zárate explicó que en el Magdalena estos grandes felinos han vivido siempre en sitios como en la Sierra Nevada de Santa Marta, Parque Tayrona y las reservas cerca de Santa Marta. “Allí caminan y utilizan esos bosques como su hábitat. En estos últimos días podemos verlos más porque le bajamos el ritmo al mundo. Ya no hay tanto ruido, ya no hay tanta gente y ellos están se están acercando un poco más a poblados y a veredas”.

¿Qué están haciendo para minimizar el conflicto?

La Corporación se ha encargado de entregar diversas recomendaciones y prácticas a la comunidad.

“El llamado de Corpamag y ProCat Colombia es que tengamos especial cuidado con estos animales. Evitemos interactuar con ellos. No hay que alimentarlos, no hay que acercarse. Podemos disfrutarlos solo viéndolos”, detalló González.

Aconsejaron el uso de ahuyentadores visuales, la instalación de espantapájaros para mantener al felino lejos de los animales domésticos. Los “espantapájaros” son fabricados con ropa vieja e impregnada con creolina. Este debe ser reubicado periódicamente para que los felinos no se acostumbren al mismo.

Durante la visita, la comunidad de la vereda Buenos Aires se comprometió con la conservación del jaguar.

“La fauna del Magdalena es muy especial. En este tiempo difícil para los humanos la fauna merece su espacio y está aprovechándola”, agregó Zárate.

Los habitantes  también manifestaron su preocupación por los niños, por lo que Corpamag aclaró que el jaguar no ataca personas.

“Esto no quiere decir que sean peligrosos. En toda la historia que hemos recopilado en el departamento nunca hemos registrado un ataque a personas y en el Caribe los pocos registros que tenemos son de gente que los ha estado cazando o persiguiendo o se han metido en sus madrigueras”, resaltó Zárate.

Para los niños y más pequeños por precaución la Corporación entregó unas cornetas para que hagan ruido cuando salen al bosque a fin de ahuyentar al felino.

“Hay que tener cuidado. Si van a salir en las noches sobre todo en zonas dónde hay bosques, en las veredas. Lleven linternas, hagan sonidos y hagan ruidos”, aconsejó Zárate.

Otro caso: Un puma que parecía un gato

El programa de Policía Ambiental, logró el hallazgo de un puma montañero yagouaroundi.

El felino se encontraba merodeando en la calle 20 con carrera 9 de la urbanización Aipiamana, otra zona medianamente poblada.

No obstante los pobladores lo habían confundido con un gato común, debido al pequeño tamaño del felino. Por lo cual no pensaron que se trataba de una amenaza para otros animales domésticos durante el periodo de aislamiento.

Pero cuando comenzaron los ataques y mordeduras a mascotas y animales de corral, la comunidad alertó a la policía. De acuerdo a Semana Sosteniblidad el animal pudo haberse perdido de su hábitat en el desierto.

Finalmente el pequeño puma fue capturado y puesto a disposición de la autoridad ambiental. Después de ser valorado fue devuelto a su hábitat. Corrió velozmente al salir de la jaula.

Este felino está en vía de extinción en el país por lo que su protección es prioritaria.

Cifras:
El jaguar habita por debajo de los 2000 msnm de altitud, en la Sierra Nevada de Santa Marta.

En cuatro zonas del Magdalena ha sido el jaguar este año.

Desde hace más de cinco años Cormagdalena trabaja en la protección del jaguar.

Hasta el 30 de abril más de 800 hectáreas de bosque seco tropical fueron afectadas por incendios forestales en el hábitat del jaguar en la Sierra Nevada lo que modifica su movilidad.

 

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