La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió que en el primer trimestre del año más de 10000 personas fueron desplazadas por el conflicto armado. Asimismo, unas 7300 están confinadas.
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En su informe, el organismo de la ONU manifestó también que más de 19500 personas se vieron afectadas entre enero y marzo por «eventos asociados a desastres naturales y más de 100 se han visto afectadas por minas antipersonal y otros artefactos explosivos no convencionales».
Una de las situaciones más complicadas se vivió en el municipio del Alto Baudó. Allí, hubo 2055 personas tuvieron que abandonar sus casas por enfrentamientos entre grupos armados.
Esto provocó el «hacinamiento de las comunidades». Además, creó un «riesgo de contraer enfermedades respiratorias, desnutrición y afecciones en la piel».
Por otra parte, la OCHA señaló que la cuarentena por la crisis del COVID-19, «es un factor adicional». Y es que «configura una múltiple afectación para poblaciones vulnerables ya afectadas».
Esto, explicó la oficina, agudiza «las necesidades ante las precarias condiciones de vida que presentan y enfrentando enormes dificultades para acceder a los bienes y servicios básicos para la supervivencia».
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