Un repartidor llegó a la casa donde estaban haciendo una fiesta en Usaquén, pero no le quisieron pagar el domicilio.
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El escándalo de una fiesta en Usaquén en la que se encontraron 23 hombres y 18 mujeres ha tomado un nuevo rumbo. Según la Policía Metropolitana de Bogotá, la denuncia surgió de un repartidor de una aplicación. El hombre había llevado comidas rápidas y bebidas alcohólicas a la casa de la fiesta, pero no le quisieron pagar.
Según aseguró a Alerta Bogotá el coronel Nelson Quiñones, de la Policía Metropolitana de Bogotá, el domiciliario llamó a la línea 123 para exigir el pago de su servicio. Agentes del cuadrante se acercaron a la casa ubicada en la calle 117 con avenida Novena, barrio Santa Bárbara. Allí encontraron la fiesta, aunque para entrar debieron romper los candados de las puertas con ayuda de Bomberos.
En el sitio se encontraron sustancias psicoactivas, varias botellas de licor y bebidas energizantes. Además se encontró a un hombre de 30 años de edad que pagaba casa por cárcel por porte ilegal de armas. Este hombre fue recapturado y será trasladado a prisión por violar las medidas de detención domiciliaria y cuarentena.
En la casa de la fiesta en Usaquén, presuntamente funcionaba un hotel donde se hospedaban una mujer y dos niños. Todos los detenidos fueron trasladados a la URI de Puente Aranda. Allí se les impuso un comparendo por 936.920 pesos y se les imputaron los cargos de fraude por resolución administrativa y violación de medidas sanitarias.
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