Venezuela se aferra al mismo método que utilizó para superar la peste en el siglo XVII

El coronavirus puso en jaque al mundo. Su propagación y nuevos casos confirmados día a día han llevado a tomar cartas en el asunto. Por eso, todos trabajan por encontrar la cura. Y es que evitar más muertes es fundamental.

Uno de los países que ha adoptó la medida de la cuarentena obligatoria fue Venezuela. Sin embargo, dicha norma no ha sido impedimento para que algunos creyentes no hayan disfrutado de Semana Santa. Así lo reveló una crónica realizada por EFE.

En 2020 como en 1696. Los caraqueños se asomaron a sus balcones y ventanas para ver pasar al Nazareno de San Pablo. A dicha imagen le pidieron en el siglo XVII que acabara con la peste. Razón por la que, nuevamente, apelan  a él para que termine con el Covid-19.

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Cuenta la tradición que la cruz que porta el Nazareno de San Pablo chocó con un limonero en una de las esquinas de Caracas. En la corona de espinas se enredaron varias ramas y los frutos cayeron al suelo. La gente hizo limonada y, siempre según la historia, se obró el milagro: cesó la peste.

A su paso por los comercios de comida, los únicos autorizados a permanecer abiertos, los clientes hacían una parada y se acercaban a la imagen, se arrodillaban o simplemente la saludaban, mientras que la talla y el vehículo, se abría paso por las calles y avenidas.

«Señor Jesucristo, ayúdanos como nos ayudaste con la peste», le pidió Deisy Torreaba al ver a su Nazareno. No muy lejos, Yorman Merida, de 27 años, aseguró haber acudido al Nazareno de San Pablo.

«Vine a cargarlo pero por la epidemia no se pudo. Aquí estoy esperando hasta la hora que sea. Hacía falta que lo sacaran, ahora más que nunca para que la gente le pida por el mundo entero»

Y antes de despedirse agregó: «La fe mueve montañas», acaso una de las frases que escuchó el Nazareno de San Pablo en 1696 y que hoy le repite la feligresía entre algunas miradas escépticas, sin duda muchas más que las que le dirigieron en el siglo XVII.

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