El nuevo coronavirus ha cambiado la vida de millones de personas en los últimos tres meses. La pandemia obligó a que las autoridades de todo el mundo apliquen estrategias como la cuarentena, el distanciamiento social y el cierre de ciudades.
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Sin embargo, estas medidas dejan con dudas a muchos, especialmente cuando se trata de entender lo que podemos y lo que no podemos hacer.
La cuarentena cambia la cotidianidad drásticamente
Actividades cotidianas, como salir al supermercado, ir a trabajar e, incluso, ir a la farmacia tienen restricciones en muchos países.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) definen que:
La cuarentena separa y restringe el movimiento de las personas que estuvieron expuestas a una enfermedad contagiosa.
Esto significa que, aquellas personas que estén cumpliendo la cuarentena por probable contagio, deben permanecer en casa y renunciar temporalmente a todo tipo de actividades que realizan fuera de su domicilio.
La cuarentena o aislamiento domiciliario es “una restricción de las actividades que realizan habitualmente fuera del domicilio, para aquellas personas que estuvieran expuestas a un agente infeccioso y que actualmente no tienen síntomas, pudiendo desarrollar la enfermedad y por lo tanto, transmitirla a otras personas”, dice el Ministerio de Salud de Chile en su página web.
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Esta medida es una de las más recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para detener la propagación.
¿En qué consiste la cuarentena total?
Los gobiernos también han aplicado la cuarentena total, que implica que todos los ciudadanos se queden en casa.
Según el abogado constitucionalista de la Universidad de Chile, Enrique Navarro:
“La cuarentena total implica la prohibición de salida a toda hora y por algunos días, salvo por razones de alimentación o salud. Es como una muralla sanitaria”, reseña el portal La Tercera.
En este sentido, el COVID-19 ha provocado que millones de personas en el mundo renuncien a sus actividades cotidianas.