Las autoridades colombianas exhumaron 54 cuerpos, incluidas mujeres y dos menores de edad, durante dos jornadas de trabajos en un cementerio de Dabeiba, municipio colombiano donde la Justicia Especial para la Paz (JEP) había dicho que podría haber más de medio centenar de víctimas de ejecuciones conocidas como «falsos positivos».
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Según la JEP, «en diciembre de 2019 (los forenses) recuperaron 17 cuerpos relacionados con ‘falsos positivos’ y en la segunda jornada de inspección y exhumación, entre el 17 y 21 de febrero, recuperaron 37 cuerpos del cementerio de Dabeiba que habrían sido presentados de manera ilegítima como bajas en combate por parte de agentes del Estado».
El alto tribunal comenzó en diciembre pasado las excavaciones en el cementerio de Dabeiba, departamento de Antioquia, luego de recibir las declaraciones de exmilitares que reconocieron haber participado en ejecuciones de civiles e indicaron el lugar de las fosas en las que fueron sepultados.
Con la macabra práctica de los «falsos positivos», que comenzó en los años 90, miembros del Ejército reclutaban a campesinos y jóvenes pobres con promesas de empleo y, una vez los convencían, los trasladaban a distintos lugares del país donde los ejecutaban a sangre fría y luego los presentaban como guerrilleros muertos en combate.
Con ello, los militares alteraban sus resultados operacionales y obtenían ascensos y premios por parte de sus superiores.