Hace dos años Erick Sánchez empacó sus sueños en una maleta y empezó a viajar por tierra desde el estado Monagas, en su natal Venezuela, hasta Bogotá acompañado solo de su mejor amiga: una viola con la que se gana la vida hace 14 años interpretando música clásica.
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Esta es la historia de los músicos migrantes en las calles bogotanas.
EFE