Rodrigo Lara ganó la batalla y su proyecto se volvió ley. El senador de Cambio Radical habló sobre el proyecto de ley con el que logró sacar a los consumidores de droga de los parques, colegios y escenarios deportivos, un problema atractivo para candidatos a las alcaldías y gobernaciones, que bajo esta bandera buscan capturar votos. El congresista cuenta qué pasó con Álvaro Uribe Vélez y por qué un sector del Centro Democrático se opuso en un comienzo a la iniciativa legislativa.
PUBLICIDAD
¿Cómo nació el proyecto de ley que prohíbe el porte y uso de drogas en ciertos espacios públicos?
Este proyecto de ley ya se está discutiendo en último debate en el Congreso. Yo lo presenté a principios de agosto de 2018 y el Gobierno presentó su decreto en octubre del mismo año. Dos meses más tarde. Este proyecto busca establecer una prohibición rotunda y tajante al porte y consumo de droga, incluso de dosis mínima, en zonas críticas como parques, polideportivos, estadios, colegios y otras áreas o espacios que consideren los alcaldes.
¿No se quedaría el proyecto como letra muerta?, ¿cómo van a garantizar que realmente se cumpla la prohibición?
De ninguna manera. Este es un proyecto muy eficaz que no criminaliza. Yo no me estoy inventando delitos. Al consumidor no lo vamos a meter preso, porque es una medida ineficaz e incluso injusta, pues no podemos internar en una cárcel a una persona que tiene un padecimiento. Lo que hacemos es darle herramientas a la Policía para que pueda sustraer la droga de los parques. ¿Cómo? Amonestando a los menores de edad que se drogan y destruir la dosis. Si es un mayor de edad, pues hay multa y se lleva a esa persona a un programa pedagógico, como pasa con quien comete una infracción de tránsito.
Si no es un delito, ¿por qué hay un castigo como multa y amonestación?
Es una sanción administrativa que no juzga que esté consumiendo estupefacientes, sino que lo haga en los lugares en los que recae una prohibición. La sanción o multa es porque está portando y consumiendo en esos espacios. ¿Qué es lo que pasa? Que el jíbaro se ampara en la dosis mínima y termina vendiendo y comercializando droga en los colegios.