Dos líneas de tren, una troncal de TransMilenio y la ampliación de vías. La ciudad de Bogotá, que ha tenido tradicionalmente unas malas conexiones con sus municipios vecinos, tendrá mucho mejor acceso. En gran parte, esto es responsabilidad de la gobernación de Cundinamarca, que a través de la Empresa Férrea Regional (EFR) ha abierto la posibilidad de desarrollar proyectos para unir mejor a la Sabana con la ciudad.
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Y son proyectos cada vez más necesarios. Además de un millón de habitantes en Soacha, hay aproximadamente 600.000 en la Sabana Occidental (Madrid, Funza, Mosquera y Facatativá) y un número equivalente en la Sabana Norte (Chía, Cajicá, Zipaquirá, Tocancipá y Gachancipá). Son más de dos millones de personas que, en su mayoría, trabajan o estudian en Bogotá. Así mismo, la instalación de grandes complejos fabriles en estas zonas maximiza esta situación.
Por esto, las principales obras han tratado de solucionar esta situación alrededor de los municipios más afectados. La primera de estas propuestas fue la implementación de Regio, antes conocido como Regiotram, el cual entró a licitación esta semana. Esta será adjudicada el 10 de diciembre. Recuperando el antiguo Ferrocarril de Occidente hasta Facatativá, permitirá a la Sabana Occidental unirse directamente con el Metro de Bogotá y TransMilenio.
Además ofrecerá dos variantes muy atractivas: una vía alternativa a Fontibón y un acceso férreo al Aeropuerto El Dorado. “Regiotram será muy importante para el centro del país y para Bogotá; es un proyecto que se traduce en un mejor bienestar para los colombianos y para el medio ambiente”, aseguró el presidente Iván Duque.
Proyectos de norte y sur
Casi a tiempo con la adjudicación del Regio de Occidente, se presentó el estudio de factibilidad para el Regio del Norte. Esta obra, tal como el Regio de Occidente, es impulsada por la Gobernación y las alcaldías de Chía, Cajicá y Zipaquirá, aunque podrían sumarse municipios como Tocancipá.
Este tomaría las líneas actualmente existentes del Ferrocarril del Norte entre el sector de Gran Estación, en el centro de Bogotá, y la estación de Zipaquirá. El recorrido actualmente tiene el Tren Turístico de la Sabana y algunos autoferros privados para las universidades del norte.
En caso de ser aprobado, el estudio daría vía libre a una alternativa no solo para los habitantes de Chía, Cajicá y Zipaquirá, sino incluso para los del norte de Bogotá. Así lo han reconocido varias candidaturas a la Alcaldía, las cuales proponen conectar al Regio del Norte obras como cables en San Cristóbal y el Codito, localidad de Usaquén.
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Finalmente, cabe destacar el inicio de la licitación de las fases 2 y 3 de TransMilenio a Soacha. Esta obra dará un acceso a más de 400.000 soachunos al sistema masivo de Bogotá. También se plantea ver la viabilidad de la expansión de los servicios férreos al municipio del sur de Bogotá, y alternativas para el acceso de La Calera, Cota y Tocancipá a la ciudad.
¿Y las vías?
Una de las mayores dificultades de la conexión de Bogotá con la Sabana está en las vías. Rutas como las calles 13, 80 y Autopistas Norte y Sur están saturadas. La única obra que podría tener solución está en la Autopista Sur, con la obra de TransMilenio y la Avenida Guayacanes.
Entre tanto, proyectos como la ALO sur y la ampliación de la Autopista Norte ya están adelantados en territorio de Cundinamarca, pero se han estrellado con trabas de carácter ambiental en Bogotá. Otros más, como la prolongación de la calle 63 y el acceso a La Calera por la calle 170, no han pasado de ser planos o renders.
