Otra grave noticia para esta poderosa familia norteamericana. Maldición de los Kennedy continua: la nieta de Robert falleció.
Las muertes accidentadas y prematuras de la familia Kennedy no parecen tener fin. Esta vez, Saoirse Kennedy, falleció a causa de una sobredosis.
Con el asesinato del presidente John Kennedy en 1963, la maldición de los Kennedy empezó. La historia negra de la familia continuó con el atentado mortal que sufrió su hermano Robert, en 1968, en su momento un serio aspirante a la Casa Blanca.
Otro oscuro suceso fue la muerte del hijo de John, quien era una celebridad por su dinero, poder y buena apariencia. En 1999, murió en un accidente aéreo frente a la costa de Martha’s Vineyard, junto con su esposa y su cuñada.
Pero la historia no para ahí. Rosie Marie, la hermana mayor de los Kennedy, sufrió una enfermedad mental. Tiempo después de ser diagnosticada, fue sometida a una lobotomía que la dejó peor.
Joseph, otro miembro de los Kennedy, murió en combate piloteando un avión en la Segunda Guerra Mundial, en 1944. Cuatro años después su otra hermana, Kathleen, murió en un accidente aéreo junto a su amante.
En 1984 muere David, hijo de Robert, por sobredosis de cocaína y demerol, un adelanto a lo que pasó ahora con la nieta de Robert. Otras tragedias sacudieron también a la poderosa familia, abortos espontáneos, accidentes aéreos, de tránsito y muerte practicando deporte, son otros sucesos oscuros que han marcado a los Kennedy.
En el caso más reciente, Saoirse Kennedy, Según el New York Times, murió a causa de una posible sobredosis en una casa de la familia en Hyannis, en el estado de Massachusetts.
En un artículo publicado hace tres años, en un diario de su colegio, Saoirse contó que intentó suicidarse antes de su tercer año en la institución tras ser agredida sexualmente. «Esto marcó el comienzo de mis años de secundaria y estará conmigo por el resto de mi vida», escribió.
En tanto, la familia Kennedy en un comunicado enviado a la prensa declaró que «nuestros corazones están destrozados por la pérdida de nuestra querida Saoirse. Su vida estaba llena de esperanza, promesas y amor. Saoirse estuvo apasionadamente conmovida por las causas de los derechos humanos y el empoderamiento de las mujeres y encontró gran alegría en el trabajo voluntario, trabajando junto a las comunidades indígenas para construir escuelas en México. La amaremos y la extrañaremos para siempre», concluyó el comunicado.
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