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Las terribles torturas que aplican en China a los creyentes religiosos

Se conocen las torturas usadas para dominar a quienes creen en Dios en la China comunista

Las personas que siguen los principios de la disciplina de la Escuela Buda llamada Falun Dafa son perseguidas brutalmente por el régimen ateo-comunista chino para que renuncien a su fe. Recientemente, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, indicó que China se ha convertido en “el hogar de una de las peores crisis de derechos humanos de nuestro tiempo”.

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Según reporta el sitio web Minghui, la mayoría de los chinos que profesan esta creencia en la provincia de Hubei (centro del país) son encarcelados en la prisión de Fanjiatai, de la ciudad de Jingmen.

Aproximadamente, 100 practicantes de Falun Dafa permanecen encarcelados allí en este momento.

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Minghui, medio especializado en cubrir desde 1999 la persecución a Falun Dafa en China, hizo un listado de 18 suplicios, tanto físicos como mentales, aplicados en este tenebroso lugar.

Inclusive, en algunos casos, se mencionan los nombres reales de los creyentes que han padecido estos tormentos.

Monitoreo y aislamiento

Para empezar con su inhumanos sistema de quebrantamiento los guardias alientan a todos los demás internos a golpear, patear y aislar a los practicantes de Falun Dafa (disciplina espiritual también conocida como Falun Gong).

Los guardias asignan de dos a seis reclusos como “monitores personales”cada vez que un practicante es admitido en la prisión. Estos colaboradores del régimen carcelario realizan la primera línea de tortura.

Obligan al practicante a pararse contra la pared y no hablar, mirar, sonreír o hacer un gesto a nadie. Algunos de estos creyentes quedan con la voz ronca o incluso tartamudean por no haber podido hablar durante mucho tiempo.

Los “monitores personales” con frecuencia también insultan a estas personas. Escriben palabras denigrantes en un papel y las pegan en el rostro, la pared o la cama del practicante.

Incluso organizan a los presos para maldecir a los practicantes y a sus familiares.

Lavado de cerebro

La prisión intenta cambiar las mentes de estas personas religiosas usando mentiras, torturas mentales y tácticas psicológicas.

A los practicantes de Falun Dafa les mienten rutinariamente, como cuando les dicen que los practicantes de Falun Dafa se suicidaron en la Plaza de Tiananmen, a pesar de que los medios fuera de China han informado que el Partido Comunista Chino (PCCh) organizó la inmolación para atacar a Falun Dafa.

La prisión invita a “expertos” para tratar de confundir a los practicantes con mentiras. Entre estos “especialistas” están el profesor Liu Jiajun de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, el psicólogo Yan Fuhai,el “Modelo Moral” nacional Wu Tianxiang y empleados de otras unidades de trabajo que se oponen a Falun Dafa. Algunos de ellos son invitados frecuentemente.

Por su parte, el instructor político Ding Chenghe inventó un “tratamiento de resentimiento” para usar en los practicantes. Los guardias primero tratan a los practicantes con violencia y con indiferencia.

Luego fingen “compasión” al pretender preocuparse por la salud y la familia del practicante. También les prometen a los practicantes la posición de líder en la celda de la prisión para que eviten los trabajos forzados. Algunos practicantes caen en la trampa y renuncian a su fe.

Los guardias también ordenan a los practicantes que escriban declaraciones para afirmar que se “arrepienten de practicar” y denuncian a Falun Dafa. Los practicantes que se niegan son torturados.

Tortura física

“Cavando en la pared”

Este es el método básico de tortura que usan con más frecuencia en los practicantes encarcelados.

En este método terrible la víctima es obligada a pararse a 90 cm de distancia de una pared y a inclinarse hacia adelante hasta que su cabeza toca la pared.

No tiene permitido dormir y sus piernas se hinchan. Los pies de algunos quedan tan dañados que solo pueden arrastrarse.

Este sufrimiento se les aplica cuando realizan una huelga de hambre como parte de su protesta por las injusticias que se cometen contra ellos. Cuando quedan tan débiles que ya no pueden pararse, los guardias los arrastran al hospital de la prisión.

Abuso físico

Tanto los guardias como los “monitores personales” golpean a los practicantes con frecuencia, los abofetean, les pegan en la cabeza con un palo, agarran sus clavículas y aprietan sus testículos.

Privación del sueño

A algunos practicantes como parte del despiadado sistema de suplicios no se les permite dormir por periodos de tres días, que inclusive se pueden prolongar a siete días, y a algunos solo los dejan dormir cuatro horas al día.

Inanición

Una de las víctimas de este inhumano método de tormento fue el señor Li Daohui quien se negó a renunciar a su creencia en Falun Dafa, y por eso tan solo le dieron una cucharada de arroz en cada comida durante mucho tiempo.

Privación de elemento de uso personal

Los guardias no les permiten a los practicantes comprar artículos de primera necesidad como papel higiénico, jabón y pasta de dientes.

Privación de visitas

Asimismo, a estas personas que se niegan a renunciar a su fe no se les permite ver a sus familiares (incluso si los visitan) ni hablar con ellos por teléfono.

Alimentación forzada

Para alimentarlo a la fuerza, el guardia amarra al practicante a la cama y le mete un tubo de plástico en la nariz y en el estómago. El señor Liu Deyu, en sus 60 años, fue alimentado a la fuerza por un mes y quedó demacrado.

Congelación

Durante el clima invernal, los guardias ordenan a los “monitores personales” que viertan agua helada en toda la ropa del practicante.

Esta pena se la aplicaron al señor Zhang Xumin , quien fue arrastrado hacia el viento helado después de que le empaparon su abrigo con agua fría.

Apuñalamiento

Cuando un practicante privado de sueño cierra los ojos, los “monitores personales” lo apuñalan con palillos o agujas.

Devorado por los mosquitos

El señor Chen Quanlong fue atado y puesto afuera para que los mosquitos pudieran alimentarse de él. Asimismo, otro monitor apuñaló sus pies como una forma de entretenimiento.

Obligado a beber orina

Este bárbaro procedimiento está a cargo también de los “monitores personales”, quienes en el caso del señor Liu Deyu no le permitieron ir al baño y lo obligaron a que bebiera su propia orina.

Envenenamiento

El uso de sustancias tóxicas es otro de los malvados recursos. Al señor Li Ming le hicieron ingerir por la fuerza una sustancia desconocida. Como consecuencia su cuerpo entero se hinchó.

Esposado y encadenado

Otro de los tormentos más crueles es el del encadenamiento, tal como le ocurrió al señor Li Wande, sometido a la “gran suspensión”.

Debido a que estuvo esposado durante mucho tiempo, las esposas cortaron sus muñecas y sus huesos quedaron expuestos a la vista, además los gusanos infestaron sus heridas.

Banco del tigre

En esta brutal práctica los guardias ataron al señor Luo Wentao a un banco y cuando necesitaba ir al baño no lo soltaron.

En una de sus variantes le pusieron audífonos, subieron el volumen al máximo y lo obligaron a escuchar las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh, por la sigla) y las reglas de la prisión.

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